Qué pensaría usted si: Su hijo de diez años está preocupado. Está tan ansioso que no puede comer. Tan preocupado que no puede dormir. «¿Qué ocurre?», usted le pregunta. Él mueve la cabeza y se queja: «No tengo un plan de pensiones».
Qué pensaría usted si: Su hijo de diez años está preocupado. Está tan ansioso que no puede comer. Tan preocupado que no puede dormir. «¿Qué ocurre?», usted le pregunta. Él mueve la cabeza y se queja: «No tengo un plan de pensiones».