El Método IKIGAI

El Método IKIGAI

Vamos a hablar hoy de algo que supuestamente se aleja bastante de las temáticas de misterio que tratamos aquí, en esta oscura y húmeda cripta. Vamos a ver un método, unas técnicas, un prontuario, unas recetas que nos van a ayudar al crecimiento personal y eso tan de moda que es tener éxito en la vida, en nuestro trabajo y en nuestras relaciones personales.

Ya sabéis que yo soy enemigo de los libros de autoayuda y de todas esas monsergas que llenan estantes enteros de las librerías, y que la mayoría de ellos no dicen nada práctico, porque fallan en lo principal. No existe autoayuda posible, o siquiera ayuda de algún tipo que no pase por una transformación previa anterior de la persona que necesita ser ayudada o autoayuda.

Por eso, en esta Cripta, siempre o casi siempre tratamos temas de misterio, porque es a través del misterio como nos podemos ayudar a nosotros mismos. La clave la tenemos en el frontispicio del Oráculo de Delfos: “nosce te ipsum”, conócete a ti mismo, como paso previo a cualquier crecimiento material o espiritual.

Pero si que es cierto que los seres humanos somos limitados. Tenemos muchas taras físicas y mentales y aunque tenemos voluntad de crecer espiritualmente y materialmente hay algo que nos lo impide. Y aquí es donde entra el método IKIGAI. Es un método simple que viene de la mas antigua y ancestral filosofía japonesa, que en primer lugar se aplicó al mundo empresarial y después al mundo del crecimiento personal, que es lo que vamos a ver hoy aquí.

También he de decir que aunque voy a explicar el método, pues además de eso voy a criticarlo, claro, porque no es oro todo lo que reluce. Los gurús de la autoayuda siempre pintan un mundo de blancos y negros. A ti te va malísimamente mal en la vida porque eres un vago, algo tonto y no te lo montas bien, pero aquí estamos nosotros que si sigues al pie de la letra nuestro método te va ir muy muy bien requetebién.

Desgraciadamente el mundo real no es de blancos y negros sino una escala de grises por la que, ojo, y esto es importante, hay que saber navegar. Sobre esto que tiene mas importancia de la que parece ya hablaré en un próximo post.

En definitiva, el método IKIGAI me parece muy apropiado para el crecimiento personal y muy digno de ser tenido consideración al margen de la crítica que se le pueda hacer, que es mas bien en su aspecto de aplicación en el mundo empresarial, que aquí no vamos a ver, porque aquí nos interesan las personas no las empresas.

Al final, por muchos métodos y recetas de autoayuda que seamos capaces de leer y absorber, todos , los buenos quiero decir, porque hay muchos que son malos, digo, estos métodos descansan en que tiene que ser el sujeto que pretende ser ayudado o precisa esa ayuda, el que tiene que coger por los cuernos el toro de su vida y emplear la energía suficiente para lograr el éxito.

Comprendiendo el Método IKIGAI

En primer lugar vamos a ver como somos capaces de definir lo que es el concepto de IKIGAI.

Según los japoneses todos albergamos un ikigai, o incluso varios, en nuestro interior, aunque no lo sepamos. IKIGAI significaría en japonés: “aquello por lo que vale la pena vivir”

La idea es que nuestro pasado ilumine nuestro presente y, a su vez, el presente ilumine nuestro camino hacia un futuro en el que cumplamos nuestros propósitos. Visto así, el IKIGAI se parece al concepto occidental de cambio, de variación.

EL Método IKIGAI consistiría en buscar un equilibrio entre nuestro pasado, presente y futuro, para realizarnos plenamente, desarrollando todo nuestro talento para cumplir nuestros propósitos.

Para quien conozca un poco la cultura de Japón y la forma de pensar de los japoneses, esto se ejemplifica muy bien, en el contraste que supone, ese monje sintoísta que avanza a un paso por hora tocando los platillos. Podéis ver un ejemplo de esto en la película baraka. Y en contraposición tenemos el tren bala japonés de levitación magnética capaz de correr a 600 kph, escena que se ejemplifica en la película matrix resurrections.

Japón es una sociedad tradicional, casi medieval, que ha absorbido en muy pocos años la ciencia y la tecnología que viene de Occidente y por la que siente fascinación. Ellos no son creativos, no inventan o inventan muy poco, pero invento que cogen, invento que lo perfeccionan al máximo y de eso podría poner decenas de ejemplos.

El IKIGAI es uno de ellos. Un concepto que viene de la filosofía sintoísta, antigua de Japón, de su cultura y que ellos han desarrollado y perfeccionado al máximo y nos devuelve una técnica de crecimiento personal, que si la ponemos como práctica lograremos resultados increíbles en poco tiempo entrando en lo que se llama estado de Flow. Pero sigamos.

Pero ¿no nos parece esta obsesión por la perfección como algo inhumano?. Pues sí y no. Al final, hay que bajar al barro y sudar la camiseta. Ser el mejor en algo supone dar algo de uno y desgastarse, sufrir, salir de la zona de confort, dejarse pelos en la gatera, morir un poco para obtener algo a cambio. Stephen Hawking decía que no hay comida gratis en el universo. Un seguidor del método IKIGAI era incapaz de ligar con chicas compañeras de la universidad, le parecían fuera de su alcance, como marcianos con las que no podía ni hablar siquiera.

Hasta que se dio cuenta que eran personas como él con su miedos, inquietudes, debilidades…y cuando fue consciente de ello, también lo fue de su ventaja y no dejó de hacer conquistas desde entonces.

La perfección no es algo inhumano si se hace bien. Si alcanzas la perfección en una tarea, también te será mas fácil hacerla. Es un círculo virtuoso. Si te acostumbras a hacer las cosas bien y perfeccionarlas, la siguiente tarea será mucho mas fácil para ti hacerla bien desde el principio. La perfección llama a mas perfección igual que la desidia y la vagancia llaman a mas desidia y mas vagancia todavía.

Se suele poner como ejemplo la aldea de los centenarios. Esta es una aldea situada en Okinawa, Japón donde hay muchos habitantes que han superado los 100 años y hay otros muchos mas que tienen noventa y muchos. Pero ninguno de ellos es dependiente. Es mas, tienen muy buena salud y perfecto uso de sus facultades mentales.

¿Y cuál es el secreto?. Pues había una cosa que todos tenían en común. Todos trabajaban, y no en trabajos que se supone que hacen los mayores, pues hacer sus hobbies y tal. Sino un trabajo trabajo. Un curro vamos, con un jefe, un horario y unos objetivos.

Todos esos trabajos se realizaban en la aldea o pueblo donde vivían y muchos tenían que ver con producción de artesanía o similares. El caso es que parece ser que para llevar una vida longeva y saludable hay que seguir trabajando. Lógicamente son actividades adaptadas a la edad. Justo lo contrario que aquí en España donde todo el mundo suspira por hacerle un corte de mangas al jefe y despedirse del trabajo. Muchos lo hacen incluso si eso les obliga a vivir en condiciones muy modestas. El objetivo es tirar el despertador a la basura y no hacer nada.

El eterno problema: la pereza

Este es el caballo de batalla de todos los libros de autoayuda, que empiezan siempre insultando al lector además de comprador del libro. La cantinela es siempre la misma: “no te va bien en la vida, porque los cambios que debes de hacer, no los estás haciendo porque eres un vago”, o porque tienes miedos o pesimismo, que al final es todo lo mismo, distintas formas de pereza.

Los seres humanos somos cómodos por naturaleza, esto es una realidad. La ley del mínimo esfuerzo se enseñorea de ámbitos como:

  • higiene corporal y cuidado personal
  • relaciones personales
  • gestión de amistades y tiempo libre
  • objetivos intelectuales, artísticos y espirituales

Cuando esto ocurre en el entorno empresarial, es imposible pasar de objetivos de mejora incrementales. El jefe te dice por ejemplo: “Hay que conseguir incrementar un 10% las ventas”, ¿Y qué hacen los empleados?, pues ponen en marcha una serie de mejoras anodinas y previsibles, siguiendo la ley del mínimo está claro que se aumentará ese 10% y ni una sola décima mas.

Esto ocurre en todas las empresas. Pero ¿Qué ocurre si el jefe es Elon Musk y te dice que quiere poner un hombre en Marte?. O te dice que quiere un cohete que despegue y aterrice automáticamente. O viene el gobierno japonés y ordena a sus funcionarios construir un tren bala que circule a 600 km/h. Este tipo de objetivos se llaman objetivos Shinkansen palabra japonesa que significa: “nueva línea troncal”. O sea son objetivos que se adscriben a un pensamiento lateral o “out of the box”.

lógicamente, hay que señalar que, si en el entorno empresarial se pretende obtener estos objetivos, hay presupuestar con generosidad y pagar muy bien a los empleados que son ellos al fin y al cabo los que van a lograr esos objetivos con su talento.

Primer ejercicio IKIGAI: Objetivos Shinkassen

Bueno, pues ya tenemos con esto el primer ejercicio práctico del método IKIGAI. Hay que hacer una lista de objetivos Shinkassen para tu vida.

Esos objetivos serían objetivos aparentemente imposibles de conseguir. Si sientes que lo puedes lograr con relativa facilidad, no sería un objetivo Shinkassen.

Es fundamental escribirlos, porque la escritura hace conexiones con el cerebro que facilitan la consecución de dichos objetivos. Hay que hacer la escritura a mano. Para ello recomiendo el cuaderno de campo del que ya he hablado mucho en esta oscura y húmeda cripta. se trataría de hacer una tabla con esos objetivos

  • Objetivo Shinkassen

Y para ir adquiriendo compromiso, por cada objetivo Shinkassen hay que construir otra tabla con 3 columnas que sería relacionar que cosas concretas voy a hacer para conseguir ese objetivo Shinkassen , poniendo:

  • qué haré
  • cómo lo haré
  • cuando lo haré

Esto ya compromete bastante, pues son acciones concretas con una fecha que deberé ir cumpliendo. Una vez concretadas las 10 acciones por cada objetivo Shinkassen, hay que firmar la hoja para que adquiera categoría de contrato. Una vez firmada ya no hay vuelta atrás. Has dado un paso decisivo para el éxito.

Segundo ejercicio IKIGAI: Misiones posibles

Nuestra vida está llena de montes que creemos prohibidos o que nos sentimos incapaces de ascender. Hay que limpiar nuestra mirada de imposibles. Al fin y al cabo, lo imposible no es mas que otra etiqueta mental que nos ponemos y ya sabemos que el conjunto de las etiquetas no es mas que el ego. Nosotros no somos nuestro ego, somos nuestro yo.

Si de verdad nos lo proponemos, hay muy pocas cosas que van a ser imposibles para nosotros. Está claro que si somos ciegos, no vamos a poder ver, pero salvo imposibilidades físicas absolutas, casi cualquier cosa puede ser posible.

El mayor obstáculo para ve vencer estos imposibles suele ser la pereza, por supuesto, como siempre, pero también cierto cálculo coste-beneficio que hacemos implícitamente. Está claro que si yo no hago deporte, y de la noche a la mañana quiero ser corredor de maratón, pues hombre, fácil no lo tengo, pero no es imposible. Ahora bien, ¿necesito ser corredor de maratón? ¿qué m va a aportar ser corredor de maratón a cambio del notable sacrificio que voy a tener que hacer para conseguirlo?. Esta es la fuente de la mediocridad, los cálculos coste beneficio.

Y antes de continuar quisiera hace un comentario sobre la pereza y la desidia, que me parecen fundamentales. Está claro, que en todos los libros de autoayuda tienen la fea costumbre de insultar al lector diciendo en primer lugar que todo lo que les pasa es básicamente porque son unos vagos que no quieren tomar las riendas de su vida.

Pero hay que decir, lamentablemente, que en parte tienen razón. No me parece una buena técnica comercial ni para hacer amigos, pero veréis. La pereza muchas veces se basa en ese cálculo coste-beneficio que os decía antes. Cuando estamos inmersos en un trabajo penoso y agotador, no vemos la razón de seguir adelante. Sé por experiencia que hay que desechar ese pensamiento. Los logros sean del tamaño que sean, siempre vienen después de haber aplicado trabajo. No hay comida gratis en el universo. Si quieres que algo quede bien, hay que trabajarlo y sudarlo. Si quiero que un post me quede presentable y tenga visionados, hay que echarle varias horas de trabajo. La recompensa viene luego, antes hay que dejarse la piel. Concienciaros de esto.

Y como en el método IKIGAI una parte muy importante consiste en hacer lista, esta fase no podía ser menos. Hay que elaborar una lista de cosas imposibles que al final resultó que no eran imposibles. Por ejemplo: aprender a nadar para personas ya adultas y que le tengan miedo al agua. Cada uno de vosotros que haga la suya propia. Cada uno de nosotros debe elaborar su lista de falsos imposibles.

Gambarimasu

Este palabro japonés es otra habilidad, otro skill, otra virtud si se quiere, que deberíamos practicar y que se podría traducir como “hacer las cosas lo mejor posible” aunque mas exactamente significaría, perseverar en el trabajo para alcanzar el objetivo propuesto con la máxima calidad posible.

Voy a poner un ejemplo que todo el mundo va a entender. Los japoneses no inventaron la televisión. En realidad no han inventado casi nada, creo que el semáforo y poco mas.

La televisión es un invento europeo, pero fue en UK donde se hizo la primera emisión de TV aunque hubo desarrollos paralelos en otros países. Podríamos decir simplificando mucho que la TV se inventó en UK. Hasta aquí de acuerdo. Pero ¿alguien podría decirme una buena marca de televisión de UK?. Es mas alguien podría decirme alguna marca la que sea de TV, diseñada y fabricada actualmente en UK?. Yo tampoco.

Sin embargo Sony es la mejor TV que se fabrica actualmente, y es una marca japonesa. Pues esta es la filosofía del Gambarimasu. Inventar la TV está muy bien, pero diseñar, fabricar y vender la mejor TV está igual de bien o mejor.

El Gambarimasu también se puede traducir como:

Paciencia sin acción lleva a una vida pasiva. Paciencia con perseverancia nos lleva a cumplir los objetivos.

Para poner esto en práctica, deberíamos seguir tres pasos:

  • Concretar las metas
  • Estar totalmente concentrados
  • Pedir feedback constante

¿Por qué algunas personas triunfan y otras no?

Aristóteles decía que somos lo que hacemos repetidamente. Y esta es la base de la regla de las 10.000 horas:

  • con 1 hora tendremos una introducción a la tarea

  • con 10 horas entenderemos los conceptos

  • con 100 horas tendremos nivel medio

  • con 1000 horas seremos especialistas

  • con 10.000 horas seremos maestros

¿La pregunta que nos hacemos es: ¿Qué pasión o IKIGAI me motiva tanto como para dedicarle mi vida?. Yo tengo un problema con esto y es que la respuesta es ninguna en particular y muchas en general.

Pero como decía Viktor Frankl: “si no sabes cuál es tu misión en la vida ya tienes una: encontrarla”.

Los malos hábitos

Cuando los malos hábitos toman el control de nuestra vida diaria, pueden hacerla descarrilar.

Los hábitos son las opciones inconscientes y las decisiones invisibles que nos rodean a diario. Mas o menos el 40% de las decisiones que tomamos a lo largo del día son rutinas que el cerebro reproduce repetidamente. Hay que encontrar los malos hábitos y sustituirlos por rutinas buenas en un plazo de tiempo que se ha fijado en 21 días. Esto se conoce como la regla de los 21 días. Si conseguimos hacer esto habremos dado un paso de gigante para mejorar sustancialmente nuestra vida.

Nuevamente tenemos un método práctico para conseguir esto, que a grandes rasgos sería:

  • Identificar cómo y cuando aparece el hábito
  • Identificar la recompensa
  • Establecer la nueva rutina con un cambio de recompensa.

El feedback negativo

Hay que prestar atención a las opiniones de los demás, especialmente a las negativas y especialmente a las opiniones negativas de familiares y amigos. Nunca hay que consejo si no te lo piden. Quedas muy mal y no ayudas nada a la persona aconsejada. Se ha estimado que para no dañar una relación humana son necesarios cinco comentarios positivos por cada crítica.

Para concretar esto en un problema humano o en la realización de u proyecto, se pueden hacer estas preguntas:

  • ¿Puedes decirme lo que menos te gusta?. No voy a enfadarme.
  • ¿Qué es lo que mas te gusta?
  • ¿Y por qué te gusta?

O bien utilizar el método DSC que es Dejar, Seguir, Comenzar, el cual concretamos en:

  • ¿Qué debería Dejar de hacer?
  • ¿Qué debería Seguir haciendo?
  • ¿Qué debería Comenzar a hacer?

Lo mentores

Para sacar el máximo rendimiento a la práctica de cualquier disciplina hay que explorar territorios en los que estemos fuera de nuestra zona de confort.

Bueno, este es otro tópico junto con el de la pereza, del mundillo de la autoayuda. La tan traída y llevada zona de confort. ¿A donde nos dirige la pereza?, pues a la zona de confort está claro. Y todos lo sabemos, una vez en la zona de confort, ya es muy difícil salir de ella, pero hay que hacerlo, no nos queda otra.

Si es preciso obligarnos, lo haremos, pero tenemos que salir de la zona de confort. No conseguiremos nunca nada en la vida, como mucho mediocridades, si permanecemos en la zona de confort. Hay mucha gente que se conforma con la mediocridad, o incluso el fracaso si eso trae consigo que puedan establecerse cómodamente en su zona de confort.

Conozco personas que han renunciado a carreras prometedoras por una carrera profesional de nivel medio-bajo a cambio de vegetar y chapotear en el charco caliente de la comodidad durante toda su vida. Gente que podría haber sido lo que hubieran querido. Y lo que es pero, tampoco han aprovechado ese plus de tiempo y comodidad para haber desarrollado alguna afición. Simplemente no han hecho nada en toda su vida.

Pero bueno, a lo que nos ocupa. En Japón es muy frecuente la relación Senpai-Kohai o lo que es lo mismo maestro-aprendiz. Es bueno en todos los órdenes de la vida, tener un mentor que te ayude a atravesar y solucionar cada etapa o problema. Se ahorra mucho tiempo y es la base del éxito. Es mas, yo diría aún mas. Si no dispones de ese mentor para ese problema o etapa crítica por la que atraviesas, tienes muchas papeletas para el fracaso. lo digo por experiencia.

¿Y cuál es el problema entonces?. Pues que ese mentor casi nunca está disponible. Y además es algo que no tiene remedio. Muchas veces estamos solos, o lo que es peor, mal acompañados. Un buen mentor puede ahorrarnos años de dificultades. Por desgracia España es un lugar inhóspito para eso. Nadie enseña nada, nadie apadrina a nadie, nadie se preocupa de nadie. Todo el mundo se agarra a su parcelita, que no se la quiten. España, ese país de que cada maestrillo tiene su librillo.

Emular, imitar, copiar y mejorar

Bueno aquí entramos en un terreno peliagudo y en el que yo no estoy de acuerdo con el método japonés en ciertas cosas. Ya he comentado antes con el ejemplo de lo Tv Sony lo que pienso del buen hacer japonés. Y es algo que se puede aplicar a nuestras vidas.

Creo que copiar para mejorar es algo puede y debe hacerse, pero me pregunto : Si no hay alguien que inventa primero ¿Cómo podemos llegar a imitar para mejorar hasta el infinito?. Tienen que haber alguien que invente. O si no esto no funciona. Tiene que haber alguien que innove, que tenga pensamiento lateral. Que tenga creatividad. Se nos dice muchas veces que los países orientales tienen muchas mas patentes abiertas que los occidentales. Si si, pero de cosas que ya están inventadas. En Japón hay muchas patentes relacionadas con el teléfono móvil, pero falta la mas importante. La del inventor que fabricó o construyó el primer teléfono móvil.

Y aquí vamos a la madre del cordero. Para crear, para innovar, hace falta libertad, casi diría yo anarquía. Pocas normas, mucha flexibilidad, mucho ensayo y error. En los países orientales eso no existe porque la base de su éxito es precisamente la disciplina, el orden el método. En occidente somos mucho mas liberales y abiertos y por eso aquí se inventa y en Japón y China, se imita.

No obstante para resolver problemas de índole personal, si cabría adoptar alguna estrategia de emulación.

Por ejemplo si se plantea un divorcio y es inevitable, quizá convenga tomar la experiencia de alguien conocido que ya ha pasado por ese trance e imitar sus pasos. Esto es peligroso, porque cada caso es diferente, pero como ejemplo puede valer.

El IKIGAI

En IKIGAI hablamos de la importancia de encontrar nuestra pasión, una actividad que nos permita fluir felizmente y además sentirnos útiles al mundo.

Otros autores llaman a esto encontrar tu elemento. Una vez que sepas cuál es tu elemento y donde se encuentra, sólo tendrás que emprender la marcha y disfrutar de la aventura.

Históricamente tenemos un ejemplo de un hombre que ha sabido encontrar su IKIGAI y mantenerse en sintonía con el. Se trata de Benjamín Franklin inventor, filósofo y político del s. XVIII. Benjamín pensaba que la imitación de los que son mejores que nosotros en algo es la clave para trascender nuestros propios límites.

Benjamín Franklin tenía un método para ser un hombre sabio, feliz y coherente. Y el lo llamaba las 13 virtudes, que son así casi en plan religioso:

TEMPLANZA, SILENCIO, ORDEN, DETERMINACIÓN, FRUGALIDAD, DILIGENCIA, SINCERIDAD, JUSTICIA, MODERACIÓN, LIMPIEZA, TRANQUILIDAD, CASTIDAD Y HUMILDAD.

Si observáis coinciden milimétricamente con las siete virtudes cardinales que se oponen a los pecados capitales. Benjamín lo que propone es dedicar un día de la semana a cada una de éstas virtudes. Sería cuestión de esforzarse en practicarla y al final del día hacer un examen de conciencia y ver si hemos conseguido profundizar en esa virtud.

Si lo hemos logrado lo anotaremos en un calendario o cuadrante y si no lo logramos, pues no anotaremos nada y nos aplicaremos el cuento para la próxima vez.

A ver, a mí me parece una idea excelente, porque todo esto de anotar, hacer cuadrantes, listas, calendarios, gráficos etc, son de una gran ayuda en nuestro proceso de mejora. Pero no dejan de ser eso, ayudas. Si yo me propongo mejorar por ejemplo en frugalidad, y resulta que me meto una botella de vino para el aperitivo y luego como, pues por muchas anotaciones que haga no me lo estoy tomando en serio.

Y son 13 virtudes, que no son pocas. Si eres aplicado en todas, es prácticamente como llevar una vida sacerdotal. Nadie es así. Es mas, podríamos darnos por satisfechos si cualquiera de nosotros es capaz de pulir 2 o 3 de esas 13 virtudes. Pero como propósito de mejora no me parece un mal método.

Como técnica adicional para encontrar y mejorar nuestro IKIGAI, se proponen las ya conocidas en Occidente como retiros o reuniones en un sitio externo a la empresa. 

Parece ser que hay un elemento de verdad por el cual, cuando cambiamos de entorno habitual para trabajar o realizar alguna actividad, mejora nuestra concentración. Es sabido que los escritores o científicos o filósofos, que tienen que escribir un libro o un artículo o pensar en algo, incluso teniendo casas u oficinas cómodas prefieren irse a un hotel o a una cabaña o casa de campo a finalizar ese libro pendiente.

Y esto es verdad, porque de alguna manera, te concentras en tu trabajo al estar un terreno desconocido. También es fundamental para que esto funcione que las  tareas diarias rutinarias las hagan otros mientras dura el retiro. Cuando estás de retiro, estás de retiro. Enfocado en terminar tu proyecto.

Si para terminar un libro alquilas una cabaña y te vas con la familia, y resulta que tienes que hacer la compra, cocinar, pasear con la familia o recibir visitas, hacer gestiones con el portátil, estar con ellos viendo una película, pues no estamos consiguiendo los objetivos.

Por eso, el hotel o casa rural tipo parador, para mí es fundamental. Que no haya que preocuparse de nada, que te lo den todo hecho. Como suele decirse a mesa puesta. Como mucho, si puedes viajar con una mujer con la que contrastar de vez en cuando el avance del trabajo y que esté dispuesta a hacerlo, porque se va a aburrir. Y si no, pues en solitario.

Salir de la zona de confort

De nuevo con la famosa zona de confort. Hemos hablado mucho de la zona de confort, pero no hemos definido que es eso:

La zona de confort es un estado conductual dentro de la cual una persona opera en una condición de ansiedad neutra, utilizando un set limitado de comportamientos para procurar un nivel estable de rendimiento, generalmente sin una sensación de riesgo.

La contraparte está en que si permanecemos mucho tiempo en la zona de confort, aparecen el cansancio vital, la apatía e incluso la depresión.

Las zonas de confort no son solamente físicas. Son también mentales. Es la ley del mínimo esfuerzo, la ley del mas vale lo bueno por conocer. Una vez que te acostumbras a la zona de confort, es muy difícil sacarte de ahí. Pero hay que hacerlo. Si haces algo que no creías poder hacer, sentirás tu resiliencia, tu esperanza, tu dignidad y tu coraje crecer mas fuertes.

El método IKIGAI propone pequeñas estrategias para salir de la zona de confort, como por ejemplo:

  • cambiar la ruta de ir al trabajo
  • leer un libro de autor desconocido
  • pasear por un barrio desconocido
  • aprender algo nuevo
  • renovar amistades

Gestión de tiempo

Bueno, este es otro clásico de la galaxia de la autoayuda. Evidentemente si pretendemos triunfar, hacer muchas cosas complejas y bien o resolver problemas peliagudos de nuestra vida personal, debemos aprender a gestionar bien nuestro tiempo que es limitado.

En realidad el tiempo es siempre el mismo. Ni se gana ni se pierde. El tiempo siempre transcurre a la velocidad de una hora por hora. Por mucho que queramos ir mas rápido, no podremos. Tampoco mas lento.

Es algo equívoco. La cuestión se traduce en comprimir. En embutir en la misma hora de tiempo, cada vez mas cosas. Esto naturalmente produce estrés. También puede ser entretenido, si te lo tomas como un desafío. Pero cuando es tu jefe que te exige resultados. O un familiar que te pide respuestas y acciones concretas ante un problema, sin duda la gestión del tiempo puede volverse estresante y debemos aprender a eso mismo, a gestionarlo.

Yo encuentro de mucha ayuda la meditación y determinadas técnicas orientales como la concentración o la visualización, para la adecuada gestión del tiempo. Porque si la idea es hacer cada vez mas cosas de forma óptima en el mismo intervalo de tiempo, realmente vamos pegados al tiempo y tenemos la sensación subjetiva de echarle una carrera al tiempo, lo cual es falso, porque no se puede correr contra el tiempo. Se puede currar mas, pero no correr contra el tiempo. Es lo que yo llamo la visión sincrónica del tiempo.

Las técnicas orientales como por ejemplo la meditación, suponen una visión diacrónica del tiempo, que es salir, despegarse del tiempo, pasar a través del tiempo. Y así es posible, si no gestionarlo mejor, si al menos no ponerse nervioso en situaciones estresantes.

El método IKIGAI propone diversas técnicas para la gestión del tiempo, siempre desde un punto de vista empresarial. Eso aquí me importa relativamente poco, porque lo que yo pretendo en este post es aplicarlo a las personas.

No existen reglas fijas para gestionar el tiempo desde el punto de vista personal. Aquí si es verdad que cada maestrillo tiene su librillo, porque cada persona tiene horarios y ritmos vitales completamente diferentes de otras. Se podrían dar algunos consejos generales pero lo mejor es que uno tome este problema y lo considere seriamente y como uno es el que mejor se conoce a sí mismo, es el mejor para gestionar mejor su tiempo. Pero hay que hacerlo.

La Ley de Pareto

Voy a explicar la regla de Pareto centrándome en ejemplos relacionados con problemas o circunstancias cotidianas que experimentan las personas.

La regla de Pareto, también conocida como el principio 80/20, sugiere que aproximadamente el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas. Este concepto se puede aplicar a muchas situaciones de la vida diaria, ayudándonos a entender y abordar diversos aspectos de nuestra existencia.

Ejemplos de la regla de Pareto en la vida cotidiana:

1. Relaciones personales:
En muchas amistades, el 80% del apoyo emocional y la conexión significativa proviene del 20% de nuestros amigos. Esto no significa que el resto de las amistades no sean valiosas, sino que tenemos un círculo más íntimo con quienes compartimos la mayoría de nuestras experiencias y confidencias.

2. Estrés y preocupaciones:
A menudo, el 80% de nuestro estrés y ansiedad proviene del 20% de nuestras preocupaciones. Por ejemplo, una persona podría descubrir que la mayoría de su estrés se debe a unos pocos factores principales, como problemas financieros o conflictos familiares específicos, mientras que otras preocupaciones menores tienen un impacto mucho menor en su bienestar general.

3. Hábitos y salud:
Aproximadamente el 80% de nuestro estado de salud puede estar influenciado por el 20% de nuestros hábitos. Pequeños cambios en áreas clave como la alimentación, el ejercicio y el sueño pueden tener un impacto desproporcionadamente grande en nuestra salud general y bienestar.

4. Aprendizaje y habilidades:
En el aprendizaje de una nueva habilidad, como tocar un instrumento musical o aprender un idioma, el 80% del progreso suele provenir del 20% del tiempo de práctica. Esto sugiere que enfocarse en los elementos fundamentales y practicar de manera efectiva puede llevar a mejoras significativas en relativamente poco tiempo.

5. Organización del hogar:
En muchos hogares, el 80% del desorden proviene del 20% de los objetos. Abordar estos pocos puntos problemáticos (como una mesa que acumula correo y papeles, o un armario desordenado) puede tener un gran impacto en la sensación general de orden y limpieza en el hogar.

6. Satisfacción personal:
A menudo, el 80% de nuestra satisfacción y felicidad proviene del 20% de nuestras actividades o experiencias. Identificar y priorizar estas actividades clave puede llevar a una mayor sensación de realización y bienestar general.

7. Resolución de conflictos familiares:
En muchas dinámicas familiares, el 80% de los conflictos pueden surgir del 20% de los temas o situaciones recurrentes. Abordar estos puntos de fricción principales puede mejorar significativamente la armonía familiar en general.

8. Gestión del tiempo libre:
Frecuentemente, el 80% de nuestro disfrute del tiempo libre proviene del 20% de nuestras actividades de ocio. Reconocer y priorizar estas actividades más gratificantes puede llevar a una mayor satisfacción con nuestro tiempo libre.

9. Gastos personales:
En muchos presupuestos personales, el 80% de los gastos se concentra en el 20% de las categorías. Identificar y gestionar estas áreas de gasto principales puede tener un impacto significativo en las finanzas personales.

10. Logros y metas personales:
A menudo, el 80% de nuestros logros proviene del 20% de nuestros esfuerzos más enfocados y determinados. Esto sugiere que concentrarse en metas clave y trabajar con determinación en ellas puede llevar a resultados desproporcionadamente positivos.

Aplicar la regla de Pareto a estos aspectos de la vida puede ayudarnos a priorizar nuestro tiempo, energía y recursos de manera más efectiva. Nos permite identificar las áreas que tienen el mayor impacto en nuestra vida y bienestar, permitiéndonos tomar decisiones más informadas y estratégicas.

Sin embargo, es importante recordar que este principio es una guía general y no una regla estricta. Cada situación es única y requiere consideración individual. Además, no debemos descuidar completamente el 80% restante, ya que a menudo contiene elementos importantes para nuestro equilibrio y bienestar general.

Conclusión provisional

Bien, pues voy a dejar de momento aquí el tema del método IKIGAI porque es bastante extenso y habrá una segunda parte. Como método de autoayuda, aunque le he hecho algunas críticas, me parece muy digno de ser tenido en cuenta.

Desde un punto de vista práctico, yo me quedaría sobre todo con el asunto de la ley de Pareto. Me parece de una extraordinaria simplicidad y claridad y de una potencia nada desdeñable. Es un tesoro sacado de los grimorios de los economistas, que ya sabemos que es una ciencia social y no una ciencia empírica.

Y en cuanto a lo demás, nos debe servir para tomar las riendas de nuestra vida, y con pocas acciones pero bien enfocadas, podremos hacer unos cambios muy profundos. Y resolver problemas de forma sencilla que antes parecían irresolubles. Mucha falta de rendimiento en el trabajo por las tardes se soluciona simplemente con adelantar la hora de la comida y dejar el alcohol. Es cuestión simplemente de proponérselo. Muchos sistemas de autoayuda funcionan, pero siempre que detrás está la voluntad del individuo de autoayudarse de verdad. Si no existe la voluntad de cambiar y de esforzarse en lograr ese cambio, ningún libro de autoayuda nos va a ayudar de verdad.

 

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