El umbral que conduce al mas allá

La muerte

Antes de empezar a escribir y poner negro sobre blanco las ideas que os quiero transmitir he hecho una pequeña encuesta de urgencia entre la gente que conozco por las redes sociales.

Vamos a hablar, o quiero hablar sobre algo en lo que hay información variada pero inconexa. Quiero hablar sobre lo que ocurre en los instantes o minutos si queréis inmediatamente anteriores a la muerte, y los instantes o minutos inmediatamente posteriores a la muerte.

En esa pequeña encuesta en twitter preguntaba: 

¿Qué ocurre cuando morimos?
Y 35 personas respondieron a la encuesta con lo siguiente:
  • FUNDIDO EN NEGRO             20 %
  • REENCARNACIÓN                   31,4 %
  • JUICIO PARTICULAR              20 %
  • VAGAR POR EL MAS ALLÁ    28,6 %
     

Fijaros que la opción que ha ganado es la reencarnación con un 31,4% seguida por «vagar por el mas allá» con el 28,6%.

Las personas cristianas deberían haber respondido: «juicio particular» que sin embargo solo ha obtenido un 20%, lo que nos indica de como está el nivel de seguimiento del cristianismo hoy día. Ese mismo porcentaje, un 20% lo ha obtenido la opción: «fundido en negro» que es la opción que han marcado, entiendo, los ateos, agnósticos y personas sin vida espiritual.

Este último porcentaje me parece bastante realista. Por otros estudios y encuestas yo sé, que, la suma de esos colectivos: ateos, agnósticos y gente que pasa de la vida espiritual viene a ser ese 20%.

Además de la encuesta, que es anónima, he pasado una pregunta a determinadas personas que conozco y con las que tengo cierta confianza. La pregunta es:

«En mi próximo post voy a hablar del paso de la vida a la muerte. Habrás pensado en ello muchas veces. Según tú, ¿cómo sería?. Así en 2 o 3 frases. Estás en el hospital, ya no hay nada que hacer y se produce el tránsito ¿qué pasa en ese momento y en los momentos siguientes en tu opinión?»

Y he aquí un resumen de las respuestas:

Mujer joven residente en Madrid nos dice:

«Por un momento dejamos de pensar y permanecemos en la oscuridad hasta que finalmente abandonamos la carcasa. Es en ese momento cuando fluimos hacia y con el origen si se dan las condiciones adecuadas.»

Persona con abundante vida espiritual, nos comenta:

«Pues si te soy sincero no he pensado mucho en la muerte. Puffff que decir pues dicen que el alma o espíritu trasciende a otro plano pero esa es una de muchas.»

Hombre residente en Madrid, opina lo siguiente:

 
Un contacto de twitter me dice que:
 

Mujer natural de Chile me dice:

«No soy de ninguna religión pero pienso que existe una separación entre alma y cuerpo El cuerpo queda en la tierra y el alma irá no sé a dónde.»

Otra persona opina que:

«Cuando estás muriendo, el último sentido que se pierde es el tacto. Por eso lo de agarrar la mano del moribundo. Supongo que el tránsito ocurre al pararse el corazón y con muerte cerebral. A partir de ahí sales de tu cuerpo en astral y después eres arrastrado hacia la otra vida.»

He aquí otra opinión:

«Me gustaría creer que pasamos de un estado de conciencia física a un estado de conciencia extracorpórea, no física que se mantiene, pero creo que lamentablemente, debe ser como llegar a «la nada».

Tengo algunas mas, pero no voy a recargar el post, porque no aportan mas ideas de las ya expuestas. Leyendo las opiniones, hay que decir, que son cuando menos heterogéneas. No hay un criterio único. En cierto modo es normal, porque este es un tema controvertido y algo desagradable en el que la gente normalmente no piensa. Pero todos hemos pensado en el alguna vez. Muchos simplemente recogen lo que han visto en películas o han leído en algún libro de experiencias cercanas a la muerte.

Es lícito pensar así, porque la sociedad de hoy día rehúye el tema de la muerte. Pero al menos los que se declaran cristianos sí deberían tener un concepto mas claro y preciso de lo que ocurrirá tras la muerte. La ventaja del cristianismo es que tiene respuestas para todo, una vez que te lo crees, claro. Si eres cristiano, en cuanto mueres, estés donde estés, allí mismo se produce el llamado juicio particular.

Jesucristo se presenta ante ti como juez justo. Hace pasar tu vida ante ti en cuestión de segundos y aquí viene la primera sorpresa. El no te juzga, lo haces tu mismo. Tú mismo a la vista de los hechos decides ir al cielo, al infierno o al purgatorio. Puede parecer algo difícil de entender, pero si has cometido muchos pecados mortales y no te has arrepentido, tú mismo dices ¿para qué voy a suplicar el Cielo si voluntariamente me he alejado de él toda la vida?. No es mi sitio, no es mi casa. Allí no me espera nadie y a continuación te precipitas al infierno en un proceso de caída.

Otro tema es que hayas muerto con el suficiente arrepentimiento, confesión de los pecados, auxilios espirituales, etc. Entonces lo normal, es que pases una temporada, que pueden ser siglos, en el purgatorio. No es agradable, pero ya estás salvado.

Y finalmente los que son muy santos estos van directamente al cielo sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar los 20 mil euros, pero hay que decir que son una minoría. Incluso santos reconocidos por la Iglesia han pasado siquiera una hora por el purgatorio.

Y hasta aquí lo que yo sé y todo cristiano debería saber. Luego hay condiciones especiales como el Limbo, las almas errantes etc, de las que hemos hablado en otras ocasiones, en otros lugares de ésta web. Supongo pero lo desconozco que todas las religiones del libro, el Islam y el Judaísmo tienen relatos parecidos.

En cuanto las religiones orientales: hinduísmo, sintoísmo, budismo, etc, aquí ya la cosa es completamente diferente porque entramos en procesos mas confusos donde el hecho fundamental y central de la vida postmortem es la reencarnación. Pero claro, ya entrar en detalles de lo que ocurre en particular con el alma es mas peliagudo porque depende del credo en particular y no está claro quien decide y en base a qué criterios cuántas veces hay que reencarnarse. Se supone que en base a tu progreso en cierto aprendizaje de «experiencias de la vida» y algún maestro ascendido o alma superior en el mas allá, en un momento dado decide que pasas de nivel o bien que cesan las reencarnaciones.

Mención aparte merece el espiritismo, una religión occidental de nuevo cuño, nacida en el s.XIX y codificada por Allan Kardec y que básicamente consiste en elevar a categoría de religión lo que no son mas que comunicaciones mediúmnicas recibidas en sesiones de espiritismo con videntes, mesas parlantes, tableros ouija, escritura automática etc. Es a todas luces una religión inventada y que se asienta en bases muy débiles y además peligrosas como lo son lo que se dice por boca de médiums.

Una cosa es ir a una tarotista y que te eche las cartas, o a una sesión de espiritismo y la vidente te cuente algo, que son cosas ocasionales, que pueden ser incluso un divertimento, pero que no tomas en serio y son perfectamente olvidables, y otra muy distinta elevar esas prácticas a categoría de ley religiosa. Sobre todo, porque no sabemos quién está hablando a través de la ouija o la escritura automática.

Pero bueno, a lo que vamos, el espiritismo como religión inventada, si da una descripción bastante mas detallada de el proceso de morir y la vida postmortem.

La vida después de la muerte en el espiritismo se describe de la siguiente manera:

  1. Supervivencia del espíritu: Se considera que la muerte del cuerpo físico no significa el fin de la existencia del individuo. El espíritu, que es inmortal, continúa su existencia en un plano espiritual o dimensión diferente.

  2. Mundo espiritual: Tras la muerte, el espíritu se traslada al mundo espiritual, un estado o plano en el que coexisten los espíritus desencarnados. Se describe como un lugar en el que las almas pueden continuar aprendiendo, evolucionando y trabajando en su desarrollo espiritual.

  3. Proceso de aprendizaje y evolución: En este estado postmortem, se cree que el espíritu tiene la oportunidad de revisar su vida pasada, analizar sus acciones y aprender de sus experiencias. A través de este proceso de autoevaluación, el espíritu progresa en su camino hacia la perfección moral y espiritual.

  4. Ley de causa y efecto (o Ley de Karma): El espiritismo sostiene la idea de que las acciones y las intenciones de una persona en su vida terrenal tienen consecuencias en su vida después de la muerte. Se cree en la ley de causa y efecto, donde las acciones positivas generan experiencias positivas y viceversa.

  5. Comunicación entre planos: Según el espiritismo, existe la posibilidad de comunicación entre el mundo espiritual y el mundo material a través de fenómenos como la mediumnidad. Se cree que ciertas personas, llamadas médiums, pueden actuar como canal de comunicación entre los espíritus y las personas en la Tierra, transmitiendo mensajes, orientación o consuelo.

Por otra parte, según la ciencia médica pueden producirse los siguientes fenómenos minutos antes de la muerte:

  1. Cambios en la conciencia o estado mental: Algunas personas pueden experimentar cambios en su estado de conciencia. Pueden volverse más tranquilas, pacíficas o tener momentos de lucidez o confusión extrema.

  2. Visión de seres queridos fallecidos: Algunas personas han relatado experiencias en las que parecen ver o comunicarse con familiares o seres queridos fallecidos. Estas experiencias pueden ser reconfortantes y se asocian a veces con una sensación de calma o aceptación de la muerte inminente.

  3. Experiencias fuera del cuerpo: Algunas personas describen experiencias cercanas a la muerte, en las que sienten que su conciencia se separa del cuerpo. Estos relatos a menudo incluyen descripciones de observar su propio cuerpo desde afuera o moverse a través de un túnel hacia una luz brillante.

  4. Cambios en la respiración y la circulación: Puede producirse una disminución en la frecuencia respiratoria y cambios en la circulación sanguínea. La piel puede volverse fría y pálida, y se pueden presentar cambios en el patrón respiratorio, como respiración agónica o jadeante.

  5. Disminución en la capacidad de comunicarse: A medida que se acerca la muerte, es posible que la persona tenga dificultades para comunicarse verbalmente. Pueden experimentar confusión, somnolencia extrema o dificultad para responder a estímulos externos.

A mí uno de los factores que se presenta en los momentos previos a la muerte y que mas confirma mi creencia en la existencia del mas allá, es la aparición de familiares y amigos ya fallecidos, que vienen al encuentro del moribundo.

Una doctora que ha estudiado este fenómeno lo tenía bien claro y era una persona espiritual. Ella decía, cuando un paciente empieza a ver a parientes fallecidos, ya sé que el desenlace es cuestión de horas o días. Yo fui testigo de ello cuando falleció mi padre, y efectivamente cuando empezó a ver familiares fallecidos no vivió mas allá de un par de semanas o tres. Y yo creo que duró mas por su constitución física que era mas dura de pelar de lo que parecía.

Para mí este hecho es definitivo. Porque no tiene sentido salvo que de verdad esté habiendo un contacto espiritual. Tu te estás muriendo y, como en el caso de mi padre, estás semi-inconsciente, o inconsciente del todo. Entonces, en un momento dado despiertas de ese estado de somnolencia y empiezas a decir que ves a tal familiar, a tal amigo. Casualmente todos ellos están muertos. Casualmente has tenido una relación con todos ellos muy estrecha a lo largo de tu vida. Mi padre veía a sus padres, mis abuelos, con los que tuvo una relación muy cercana. De todos los amigos y conocidos de mi padre, el veía a uno de ellos con el que tenía una especial amistad y que murió hace poco tiempo.

En definitiva, no son casualidades. Los ves por alguna razón. Porque vienen a darte un mensaje, o simplemente consuelo porque tu fin está cerca, muy cerca. Según esa doctora que os he comentado, es cuestión de horas o días.

En este problema que nos estamos planteando tenemos una dificultad y es que la información de la que disponemos es muy desigual. Es asimétrica. Tenemos bastante información de lo que ocurre minutos e incluso instantes antes de la muerte, pero disponemos de muy poca información o casi ninguna de los momentos o minutos después de que la muerte se ha producido.

Recordar que aquí no nos valen las experiencias cercanas a la muerte. Como su nombre indica, son cercanas a la muerte, pero la muerte aún no se ha producido.

Es decir, tendríamos una sobreabundancia de información previa a la muerte, pero una falta de información posterior a la muerte.

Y por ello os emplazo a u próximo post en el cual trataré de completar y concluir este problema, si es que puedo, o si no, como diría Santiago Vázquez, tendrá que reflejar la casuística.

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