Mi hermana, que es la única de entre todos mis hermanos que al igual que yo tiene una sensibilidad especial, vivió en primera persona dos de estos escalofriantes sucesos. Le ocurrieron durante su adolescencia, y dada la importancia del resultado final de estos hechos, me ha parecido muy interesante reflejarlos...
Dos cuentos para oír en la tempestad
Ella despertó y la madrugada aún estaba ahí. Le dolía moverse, su cuerpo se había convertido en un mapa de moretones. El mundo se había reducido a la mitad, pues su ojo derecho continuaba hinchado.
Dos cuentos para no dormir
Llevo unos días con mucho trabajo y poco tiempo para la cripta. Hoy me han hecho legar dos libros de cuentos cortos. De ellos destaca uno, escrito por Santiago Pedraza. Espero que os gusten.