Las edades oscuras
Este post podría ser la continuación del que hice hace poco: ¿existieron los gigantes? pero se puede leer o escuchar sin haber escuchado el de los gigantes.
La idea básica es aquella que dije en ese post donde hablaba de los gigantes. Una cosa es lo que dice la Biblia, que como dice muchas cosas, tiene que ser mas bien telegráfica en muchos asuntos, y otra el hecho, que es un verdadero misterio, que hay profetas o videntes, que supuestamente y presuntamente reciben revelaciones divinas que de alguna manera complementan lo que se dice en la Biblia.
Los creyentes están obligados a creer lo que pone en la Biblia. Si, si, el Génesis también. Pero no están obligados a creer lo que dice ningún profeta ni vidente. Dicho esto, voy a hablar de una de esas etapas desconocidas de la Biblia, pero que a mí siempre me ha interesado mucho, y es la que va desde el diluvio universal hasta la aparición de las primeras civilizaciones que conocemos: sumerios, acadios, egipcios, asirios, babilónicos, etc.
Esto se podría corresponder con uno de los temas clásicos del misterio como son las civilizaciones perdidas y la historia oculta de la humanidad. Los autores clásicos del misterio siempre han creído que hubo otras humanidades que por razones desconocidas desaparecieron. Suelen ser catástrofes o guerras. La leyenda de la Atlántida sería un ejemplo. La idea que se esconde tras esto no es nueva, ya la hemos apuntado aquí en otras ocasiones. No es mas que la vieja doctrina del eterno retorno de Nietzsche. Que a su vez deriva de un pilar básico de la filosofía oriental, y es que todo es cíclico, todo se repite y se repetirá a lo largo del tiempo.
En occidente la historia es lineal. Tiene un comienzo y un fin. Pero con la doctrina del eterno retorno, la historia se mueve en círculos. Yo no estoy de acuerdo con la doctrina del eterno retorno, como en general, no me gusta nada que venga de oriente, y ya hablaré de ello mas extensamente cuando diga mi opinión sobre ciertas doctrinas del Tíbet.
Pero si bien, no estoy de acuerdo con mucho de lo que llega del lejano oriente, el coronavirus también es algo que ha llegado del lejano oriente, sí es verdad que no tenemos base alguna para suponer que nuestra actual civilización haya sido la única a lo largo de la historia.
Por lo menos hay que admitir cierta probabilidad de que hubo ciertas civilizaciones desconocidas hasta ahora para nosotros y que descuadran con los cálculos de tiempo de los arqueólogos. El asentamiento de Gobleki-tepe podría ser un ejemplo.
Es decir, no tenemos manera de asegurar que antes del neolítico no hubieran habido otras civilizaciones humanas ya desaparecidas. Bien es verdad que no tienen por qué ser civilizaciones tecnológicas, ni hay que recurrir a ovnis ni extraterrestres. Y ese período de tiempo que hay entre el final del diluvio universal y pongamos por caso, Egipto, sería lo que yo llamo para orientarme, la época de Conan el bárbaro:
Y le puse ese nombre, ya digo, por ordenarme el pensamiento, pero buscando imágenes de ciertos personajes legendarios, o quizá no tan legendarios, vi que esos personajes se les ubica en las aventuras de Conan, que ya sabemos que es un personaje de ficción, pero está claro que el autor se basó parcialmente en las mismas ideas que vamos a exponer aquí.
Ya sabemos todos la relación que existe entre los mitos y leyendas y la historia. El mito precedería a verdades históricas o sería un recuerdo lejano de algo que ocurrió pero de lo que no se tiene constancia directa. Por eso el mito se deforma, se convierte en leyenda, en cuentos, etc. Pero muchas veces el mito se constata que es algo absolutamente real. Véase el ejemplo de la guerra de Troya. Hasta el s.XIX, la guerra de Troya se pensaba que era una especie de cuento que venía en la Ilíada y la Odisea y que bueno, pues era una especie de dramatización de oscuras guerras desconocidas o bien pura invención de Homero.
Hasta que un buen día alguien descubrió las ruinas de Troya y se acabaron las discusiones bizantinas. Eso ha ocurrido mas de una vez y mas de dos a lo largo de la historia. Entonces cuidado con las supuestas leyendas, que puede que encierren una verdad histórica desconocida.
Los descendientes de Noé
Para hacernos una idea imaginemos a Noé montado en el arca del diluvio cuando ya ha dejado de llover. Imaginemos que vemos flotar el arca sobre las aguas y muchos cadáveres alrededor. El arca se detuvo sobre una montaña muy alta, al oriente de Siria. Estuvo mucho tiempo allí, hoy sabemos que ese es el monte Ararat en la actual Turquía.
Los hijos de Noé fueron: Sem, Cam y Jafet. Sem se instaló en medio oriente, de ahí vienen los pueblos semitas entre ellos el pueblo de Israel. Cam se trasladó a África y Jafet fue hacia Europa. Esta es básicamente la foto inicial de como se conformaron los pueblos tras el diluvio. Parece ser que antes de que Cam marchara hacia África ocurrió un suceso no del todo bien aclarado ni siquiera en esas visiones proféticas. En principio, Cam habría cometido una especie de sacrilegio terrible y fue maldecido por su padre Noé. Fue algo así como haber entrado en el sancta sanctórum del arca de la alianza o un pecado similar. Esta maldición causó dos fenómenos en Cam. El primero de ellos es que se volvió negro así como su descendencia. Por eso los pueblos de África son de raza negra. La segunda, es que aparte del oscurecimiento de la piel, también se oscureció su intelecto y el de su descendencia.
La descendencia de Cam era muy perversa, que se fue pervirtiendo cada vez más, y oscureciéndose su cuerpo, y fueron presas del peor oscurecimiento y embrutecimiento.
Bien, sigamos con el linaje y los descendientes de Noé, que es importante conocerlo para situar en el espacio y el tiempo a nuestros personajes legendarios. Hemos dicho que Jafet fue uno de los tres hijos de Noé. Jafet tuvo dos hijos que se llamaban Tubal y Mosoc, estos dos eran pues, nietos de Noé. Estamos hablando ya de una tercera generación postdiluviana que empezaba a extenderse, en el caso de Jafet y sus hijos, hacia Europa.
Y todos sabemos el episodio de la construcción de la torre de babel. Pero lo que pocos conocerán es que la idea de la construcción de una torre que llegara al cielo fue idea de la tribu de Cam. Ni Sem, ni Jafet se prestaron a colaborar en la construcción de dicha torre. Noé designó tierras para Jafet y le dio consejos para la preservación de la pureza de raza, es decir, que no se mezclaran con la tribu de Cam. También le dio una serie de rituales y ceremonias relacionadas con el sacrificio del altar, los casamientos, etc. Algo similar a lo que son las misas de hoy día. Tengamos en cuenta que es gente de la tierra media podríamos decir. Lo suficientemente alejada del origen de la humanidad según el génesis, y también muy alejados de nuestros días. Vivían en la verdadera edad media. la que está justo a mitad de camino entre el génesis y nosotros.
Estaban empezando a olvidar la relación y el recuerdo de Yahvé. Sin duda Noé lo conservaba, pero sus descendientes, en su mayoría lo irían perdiendo. Tubal, hijo de Jafet tuvo un nieto llamado Dsemschid que a su vez emigró mas hacia el oeste y hacia el sur, quizá a la Europa del mediterráneo porque el clima se había vuelto muy frío. Todos los que conocieron a Noé ya habían muerto. Estamos en una era completamente distinta. La época de Conan el bárbaro.
Hom y Dsemschid
Mosoc, hermano de Tubal, ambos hijos de Jafet y nietos de Noé, tuvo un hijo llamado Hom. Este Hom era pues tío de Dsemschid. Y ocurrió que Hom por influencia de su madre, que era una bruja, empezó a practicar la hechicería y la magia negra. Tenía tratos con el demonio y físicamente era casi como un demonio. El padre de Dsemschid era partidario de Hom y esto causaba un gran disgusto a Tubal, que era un hombre bueno. El caso es que Hom y sus partidarios dieron inicio al paganismo, la magia y el consumo de hierbas psicotrópicas. Antes no existían esas cosas. Hom murió de una muerte horrible mientras el diablo se lo llevaba arrastras hacia el infierno.
El padre de Dsemschid heredó el espíritu y las enseñanzas de Hom para que continuara su malvada labor. El padre de Dsemschid murió y su hijo reinó en su lugar. Reelaboró la religión pagana recibida y la transformó en una especie de culto al fuego. Todo rastro de Dios y los orígenes había sido borrado. El caso es que Dsemschid no fue un mal gobernante. Poseía indudables conocimientos de agricultura y ganadería y de magia. Extendió los dominios de lo que hoy llamamos raza blanca y creó ciudades y cultivos. Fue un gobernante severo pero justo. La magia que hacía se la posibilitaba una especie de fuego que existía en el Arca y que había conseguido mantener o reproducir, quizá con instrucciones dejadas por el propio Noé.
Desconocemos si esto le valía de mucho o no, pero le sirvió para establecer el culto al fuego. Decía que Dios estaba en ese fuego. En aquella época se construyeron los primeros zigurats primitivos. Torres redondas a las que se ascendía por escaleras en espiral exteriores a la propia torre. Y en la cima se observaban las estrellas y la humanidad empezaba a aprender astronomía. En su reinado se practicaba la poligamia y el propio Dsemschid ordenaba los matrimonios. La mujer estaba muy sometida.
Un detalle importante: De todas las poblaciones que iba fundando Dsemschid salía una carretera en línea recta que se dirigía hacia la torre de Babel, que en aquellos momentos se estaba construyendo. Dsemschid fue un gobernante ilustrado que enseñó el uso del fuego a gentes mucho mas atrasadas y desterró costumbres bárbaras como los sacrificios humanos. Escribía en un idioma extraño que no se parece nada a los actuales. El propio Jesucristo enseñando a los chipriotas les dijo que Dsemschid fue un buen gobernante según la naturaleza aunque se había exagerado mucho sobre él. En realidad Jesús dijo de Dsemschid que había sido un pálido reflejo de Melquisedec un personaje del Antiguo Testamento, muy misterioso cuya naturaleza nos es aún desconocida.
La Torre de Babel
Antes de continuar, hay que decir que en aquélla época las razas humanas, puesto que había varias, mas o menos una por tribu o gran grupo humano, se mantenían bien preservadas en su pureza. Es decir, no había mezclas entre las razas. Eso se consideraba una especie de pecado que daba lugar a la corrupción física y moral de los hombres.
A mí siempre me ha fascinado la historia de la torre de Bable. Mi madre me contaba que era una torre con la que se pretendía llegar al cielo y como para llegara al cielo no hay otro camino que Jesucristo, Dios confundió la lengua de los constructores. Es una historia increíble y veremos ahora que es un poco diferente.
En realidad la torre de Babel fue un acto de soberbia humana. Fue el primer gran pecado de soberbia. El objetivo básico de construir esta gran torre es que futuras generaciones humanas quedaran admiradas y se olvidaran de dar gloria a Dios, pero sí le dieran gloria a los constructores de la Torre.
Recordemos a Cam y Jafet, hijos de Noé. Sus descendientes fueron los que construyeron la Torre. Mas los de Cam, pero acordaros que Dsemschid construyó caminos que llevaban todos a la Torre de Babel. Eran los pueblos mas numerosos. Los semitas fueron conminados a contribuir a la construcción, pero se negaron mas o menos tibiamente. De entre los Semitas destacaba la tribu de Heber que se apartó de la construcción de la torre de Babel, y Dios les premió dándole una lengua que era la que hablaban Adán y Eva en el paraíso. De Heber descienden los actuales hebreos y su patriarca Abraham. El propio lenguaje hebreo actual que tanta magia tiene, sería lo que queda de aquella lengua divina.
Los caminos que habían en la base de la torre llevaban a un laberinto de entradas, salas, pasadizos, escaleras y cámaras. De esos subterráneos de la torre se podía, por medio de escalones abiertos en las paredes, subir por todos lados a lo alto de la torre. Desde la terraza del primer piso se abría un camino exterior que corría en forma de caracol en tomo del edificio. El interior de la construcción estaba lleno de sólidos sótanos, de cámaras y pasadizos en todas direcciones. Habían abierto canales y cisternas para el agua y que las mujeres pisaban el barro y la mezcla con los pies.
Entre los maestros y dirigentes de la obra he visto aparecer a Melquisedec,
que les pidió cuenta del modo que procedían y les anunció el castigo de Dios, si no cambiaban de conducta. Ya desde entonces comenzó la confusión de ideas.
Muchos que hasta entonces habían trabajado en paz y concordia comenzaron a presumir de sus obras, de su saber y de su aporte a la empresa, y a pretender exenciones y privilegios, formando partidos unos contra otros. Contra éstos se levantaron protestas, enemistad y, por fin , abierta guerra.
Al principio pareció que eran sólo dos las tribus descontentas y rebeldes, y se determinó refrenarlas; pero pronto se vio que todos estaban desunidos. Riñeron entre ellos, hubo muertos y heridos. No se entendieron.
Nemrod
Uno de los principales jefes de la edificación de la torre fue Nemrod, que más tarde fue tenido por dios, bajo el nombre de Belo. Fue el antepasado de Derketo y de Semíramis, que recibieron veneración como diosas. Derketo y Semíramis serán dos personajes femeninos muy importantes en la época de Conan el bárbaro que estamos analizando.
Nemrod edificó la ciudad de Babilonia con las piedras de la torre de Babel y Semíramis terminó en sus tiempos esta obra. Nemrod puso también los fundamentos de la ciudad de Nínive. Nínive y Babilonia son dos ciudades muy importantes en la Biblia y en la historia del pueblo de Israel.
Fijaros que ya estamos muy alejados del génesis, el paraíso terrenal y el diluvio universal. Es la época de las grandes civilizaciones herederas de los hijos de Noé. Había por aquel tiempo grandes y temibles animales que causaban daños y devastaciones; por esto las expediciones contra estos animales eran casi como las expediciones guerreras contra los enemigos. Los que lograban matar animales más dañinos y fuertes eran tenidos por semidioses. Nemrod era uno de estos semidioses.
Nemrod era un idólatra, estaba lleno de crueldad, practicaba la magia y tuvo mucha descendencia. Llegó a la avanzada edad de doscientos setenta años. Era un instrumento del demonio y muy dado a las observaciones de la astrología. De las mismas figuras y representaciones que él veía en los astros y en las estrellas con las cuales predecía cosas sobre pueblos y razas, hacía luego imágenes de ídolos, que pasaban más tarde a ser adorados como dioses.
De este modo recibieron los egipcios la Esfinge y los diversos ídolos de varios brazos y cabezas, que son invenciones de Nemrod. Por setenta años estuvo Nemrod empeñado y preocupado con estas visiones diabólicas, formando luego con ellas el culto de los ídolos y los sacrificios, e instituyendo la casta de los sacerdotes para este culto idolátrico.
Por medio de su ciencia diabólica y por la violencia que ejercía, había logrado sujetar a las demás tribus y llevarlas al proyecto de la construcción de la torre de Babel. Cuando se declaró la confusión de las lenguas, muchas tribus se separaron de su dominio y las más depravadas de ellas se dirigieron, al mando de Mesraim, a las tierras de Egipto. Nemrod edificó entonces a Babilonia, sujetó a su tiranía a las demás tribus de los alrededores y fundó el reino babilónico. Entre sus numerosos hijos se enumera a Nino y a Derketo, que después fue tenida por una diosa.
Vemos pues que aquí ya hay un misterio resuelto. Ya sabemos de dónde viene la misteriosa esfinge. Y también podemos imaginar porque es mas antigua que las pirámides. Sabemos también que el origen de la civilización egipcia procede de Nemrod y de Babilonia y que es una estirpe depravada y maligna por sus tratos con el demonio.
Derketo
Este es un personaje de los mas importantes en nuestro retablo de semidioses mas o menos malignizados por sus tratos con el demonio y su alejamiento de Dios.
Desde Derketo a Semíramis pasaron tres generaciones. Derketo era una mujer
grande y fuerte, vestida de pieles, con muchos adornos colgantes de cueros
y una especie de cola de animal. Tenía sobre la cabeza una gorra de plumas
de pájaros e iba acompañada en sus correrías por otras muchas mujeres y
hombres.
Habían venido desde Babilonia. Derketo estaba siempre en visiones diabólicas; profetizaba esto o aquello, fundaba pueblos, ofrecía sacrificios y hacía continuas correrías por las comarcas cercanas y aún las más alejadas.
Ofrecían sacrificios y se entregaban a las orgías con las gentes que llevaban consigo. Todos se le sometían. Ella se encontraba en todo lugar; era venerada
como una diosa y en edad avanzada tuvo una hija que siguió todo su proceder.
Ya anciana, era de aspecto feroz, en una ciudad cerca del mar, ocupada en obras de magia y como en éxtasis diabólico decía a las gentes, allí reunidas, que ella debía morir por todos ellos y sacrificarse.
Añadió que ya no podía quedarse más tiempo con ellos, pero que quería transformarse en un pez para estar siempre en la cercanía con ellos. Esto es el origen del mito de las sirenas. Señaló la veneración y el culto que le debían t1ibutar y, en presencia de todo el pueblo, se precipitó en las aguas del mar. De inmediato se levantó un gran pez de entre las olas y el pueblo lo saludó con toda clase de manifestaciones de veneración, de sacrificios y de desórdenes.
De todas las cosas que habían pertenecido a Derketo se originó una serie de supersticiones y de culto idolátrico. Otra hija de Derketo surgió desde una pequeña montaña. Pronto ganaría influencia y poderío. Esto sucedía todavía en tiempos de Nemrod; eran de la misma raza. A esta hija de Derketo se la vio obrar en todo como su madre, y aún más desenfrenadamente. Hacía a menudo largas correrías para cazar fieras con mucha gente y a veces a cientos de millas en comarcas lejanas.
Entretanto ofrecía sacrificios, ejercía la magia y adivinaba lo futuro. Fundaba poblaciones en diversos lugares y establecía el culto idolátrico por todos los sitios por donde pasaba.
Semíramis fue hija de esta hija de Derketo, era pues nieta de Derketo . Esta Semíramis terminó de corromper su raza en la ciudad de Babilonia. Básicamente lo que ocurría es que estaban poseídas por el demonio. En los primeros tiempos estos estados de posesión diabólica eran, en muchos, en general tranquilos, sin ruido; más tarde se hicieron mucho más manifiestos y violentos.
Estas personas introdujeron toda clase de prácticas de culto, según sus falsas visiones. Exteriormente hacían toda clase de grandes empresas con arte, usando de violencia; como estaban llenos de ciencia diabólica, inventaron cosas maravillosas. En los primeros tiempos había más mujeres que hombres con estas malignas influencias que actuaban de común acuerdo.
También los judíos ejercitaban en Egipto muchas de estas artes ocultas.
Moisés las desarraigó y fue el verdadero vidente de Dios. Entre los rabinos
quedó parte de esta enseñanza secreta, que fue privilegio de sus sabios. Esto
degeneró con el tiempo, entre el pueblo ignorante, en prácticas bajas que
acabaron en brujerías y en diversas supersticiones. Todo esto proviene de la
única fuente diabólica, del árbol del mal y del reino de las tinieblas. Estas
representaciones son como oscuras nubes sobre la tierra; muchas veces,
debajo de la misma tierra. En el magnetismo hay bastante elemento de este
poder oculto.
Fijaros lo importante que es esto. El demonio andaba muy suelto en aquella época y con el tiempo lograba poseer a muchas personas. La posesión diabólica aunque fuera leve estaba bastante extendida. Y que el magnetismo sea una especie de depósito de fuerzas malignas es muy curioso. Sin duda es un nexo con el telurismo y los lugares de poder. De alguna forma estas corrientes malévolas siguen insertas dentro de la tierra. Del poder de la tierra surge también la materia para el desplazamiento de los ovnis. Contactados con extraterrestres han reportado que los ovnis son capaces de plegar el espaciotiempo utilizando el elemento 115 de la tabla periódica. Esto lo dijeron en los años 60 y los presuntos científicos se rieron de ellos diciendo que la existencia de ese elemento era imposible.
Pues bien, recientemente, el elemento 115 se ha sintetizado en el laboratorio europeo de física de Partículas demostrando así que hay mucho listo y mucho bocazas tratando de desprestigiar el misterio y luego se las tienen que comer con patatas en muchas ocasiones.
Las visiones diabólicas de Derketo
En estos primeros tiempos el agua era cosa muy sagrada. En todos sus cultos y ceremonias intervenía el agua; acordaros que en la época de Dsemschid era el fuego el elemento de culto idolátrico. El principio de sus visiones diabólicas se obraba observando dentro del agua. Tenían depósitos particulares de agua sagrada. La manera en que tenían las visiones, era cosa sumamente curiosa. Lo veían debajo de las aguas, como si estuviese allí el mundo exterior con todas las cosas, tal como están a la vista; como velado y en una esfera de malicia. ¿No os recuerda esto a algo?. Nostradamus tenía sus visiones exactamente de la misma forma.
Así se podían ver por ejemplo, un árbol bajo el árbol que estaba arriba; una montaña correspondiente a la de arriba; el mar bajo el mar. De este modo estas mujeres, con la influencia del demonio, veían todas las cosas de la tierra: las guerras, los pueblos, los peligros. Pero no se contentaban con ver las cosas, como sería ahora, sino que de inmediato obraban según las visiones que habían tenido. Veían un pueblo y pensaban: ‘Podemos dominar a estas gentes y sujetarlas a nosotros; es posible asaltar aquella ciudad; más allá es conveniente fundar una fortaleza o una población”. Veían hombres o mujeres de superior categoría y mejor raza y estudiaban el modo de seducirlos y corromperlos. En una palabra, todas las obras malas que ejercían las tenían previstas por estas visiones diabólicas.
Así Derketo vio de antemano que debía echarse al agua, que se cambiaría en
pez y que sería adorada; y lo hizo como lo había visto con anticipación. Aún
sus mismas orgías y desórdenes los veía de antemano; luego los ejecutaba
según le eran mostrados. La hija de Derketo vivió en un tiempo en que se
construían grandes diques y largos caminos. Hacía correrías lejanas hasta Egipto y toda su vida fue una constante cacería y asaltos.
Las artes diabólicas de magia y de visiones tomaron gran incremento en Egipto. Los que las ejercían estaban tan metidos en ello que se veían a las
brujas en curiosos asientos, delante de toda clase de espejos, aquí comenzó el arte adivinatorio de la cataptromancia, ya tratado en esta cripta. En las cámaras de los templos, centenares de hombres grababan en las piedras de las paredes subterráneas estas imágenes y visiones que les interpretaban los sacerdotes idólatras. Es decir las inscripciones jeroglíficas.
Algunos pueblos no estaban tan sumidos en la corrupción, y estaban algo más cercanos a la verdad. Tales eran las familias de Abraham, las tribus de las cuales descendían los Reyes Magos, como asimismo los que observaban los astros en la Caldea y los secuaces de Zoroastro en la Persia.
Cuando Jesús vino a la tierra, y ésta se vio bañada con su sangre preciosa,
disminuyó muchísimo la fuerza diabólica y sus manifestaciones se volvieron
más débiles. Moisés fue desde su niñez un vidente; pero lo fue según Dios,
y se guiaba por las cosas que veía, porque venían de parte de Dios.
Derketo, su hija y su nieta Semíramis llegaron a edad muy avanzada según
aquellos tiempos. Fueron de recia contextura, grandes, fuertes y de una estatura que hoy casi nos infundiría espanto. Fueron extraordinariamente osadas, temerarias, atrevidas sobremanera, y procedían siempre con gran seguridad, ya que por obra del mal espíritu veían de antemano los acontecimientos.
Se sentían seguras; obraban como si fuesen seres superiores, y por tales los tenían sus semejantes. Eran una semejanza perfecta de aquellos seres más diabólicos que desaparecieron de su alta montaña en el diluvio universal.
Es muy conmovedor ver como los antiguos hombres justos y los patriarcas
se mantuvieron en la verdad. en medio de toda esta corrupción de costumbres;
Dios los ayudaba con verdaderas revelaciones, aunque tuvieron mucho que sufrir y que luchar. Así llegó, por caminos difíciles y escondidos, la salvación a los hombres, en el transcurso de los siglos, a pesar de que a aquellos servidores del demonio todo les salía según sus deseos y depravadas
inclinaciones.
Semíramis
La madre de Semíramis había nacido en la región de Nínive. En lo exterior
parecía esta niña tímida y recatada, pero a escondidas era disoluta y desenfrenada. El padre era un hombre de Siria, envuelto en la mayor
corrupción del culto de los ídolos; fue muerto después del nacimiento de
Semíramis. Todo esto tenía relación con las visiones diabólicas y adivinaciones
que se ejercían entonces. Semíramis nació lejos de Caldea, en Acalon, Palestina, y fue criada por los sacerdotes en la soledad, bajo el cuidado de unos pastores del lugar.
Semíramis solía estar, cuando niña, en las montañas solitarias. A veces veía a los sacerdotes de los ídolos con ella o con su madre, que se detenía en sus correrías o cacerías contra las fieras.
El diablo, en forma de niño, jugaba con ella. Ella era de hermosa presencia, llena de ciencia diabólica y todo le salía al sabor de sus deseos. Semíramis fue entregada primero, siempre por razón de manejos ocultos, como esposa a un personaje guardador de ganados del rey de Babilonia; más tarde llegó a ser esposa del rey mismo. Este rey había sojuzgado a un pueblo lejano del Norte y una parte lo había llevado como esclavo a su comarca.
Este pueblo fue cruelmente tratado por la reina Semíramis, cuando quedó sola en el reino, y obligado a trabajar en las grandes obras de edificación. Semíramis fue tenida por una diosa por su pueblo.
He visto a la madre de Semíramis dirigiendo grandes cacerías contra temibles
fieras y llevando un pequeño ejército de hombres sobre camellos, asnos
rayados y caballos. La he visto, en una ocasión, llevando sus correrías a
Arabia, en dirección al Mar Rojo, donde vivía Job.
Estas mujeres cazadoras eran sumamente ágiles y cabalgaban como los hombres. Estaban vestidas hasta las rodillas y tenían correas sujetas en tomo de las piernas. Llevaban sandalias que tenían un resalto con figuras grabadas en diversos colores. Cubrían la cabeza con gorra de seda roja o de algodón, y delante de la cara llevaban un velo dividido en dos mitades con el cual se defendían del viento o del polvo. Las armas eran venablos, arcos y hachas; a los costados llevaban el escudo. Por este tiempo las fieras se habían multiplicado en gran manera. Los cazadores las rodeaban desde grandes extensiones y las obligaban a reunirse en un sitio propicio, donde les era más fácil exterminarlas.
Cavaban fosos y hacían trampas para cazarlas, y allí las ultimaban con lanzas y palos. La madre de Semíramis cazó al animal que Job describe con el nombre de Behemoth. Cazaban tigres, leones y otros animales semejantes. En estos primeros tiempos no había monos.
También cazaban en las aguas, donde ejercían, por medio de ella, varias supersticiones y artes diabólicas. La madre de Semíramis no era, exteriormente por lo menos, tan depravada como su hija. Con todo, tenía un aspecto demoníaco y era de fuerza y osadía terribles.
Egipto
Volviendo desde una excursión al África, Semíramis pasó por Egipto, reino fundado por Mesraim, nieto de Cam, el cual a su marcha a esas tierras había encontrado ya algunas tribus dispersas y corruptas. Egipto fue fundado y establecido como reino con varias tribus de gentes, y por eso tenía, ya a uno, ya a otro, de entre ellas, como jefe. Cuando llegó Semíramis a Egipto había cuatro ciudades. La más antigua era Tebas, donde vivía una raza más esbelta, ágil y activa que en la ciudad de Menfis, cuyos habitantes eran de raza inferior.
Estaba situada en la orilla izquierda del Nilo, adonde se llegaba por un puente. En la parte derecha estaba el castillo, donde en los tiempos de Moisés vivió la hija del Faraón. Los habitantes, oscuros, de cabellos lanosos, fueron desde los primeros tiempos esclavos, y nunca reinaron sobre el país. Los que primero llegaron y edificaron a Tebas, vinieron, de otras partes del África; otros vinieron a través del Mar Rojo por el lugar donde más tarde pasaron los israelitas.
La tercera ciudad se llamaba Heliópolis. Está situada muy lejos de Tebas. Cuando María, José y el niño Jesús huyeron a Egipto, había aún grandes edificios en torno de esta ciudad. Más debajo de Menfis está la ciudad de Sais; creo que es más antigua que Menfis. Cada una de estas cuatro ciudades tenía su propio rey.
Semíramis fue muy honrada en Egipto y aumentó, con proyectos y artes
diabólicas, la idolatría que allí se ejercía. Se la vio en Menfis, donde ofrecían
sacrificios humanos, hacer planos y ocuparse en observar los astros y en obras de magia. Ella dio allí el plano para la primera pirámide, que se edificó sobre la orilla oriental del Nilo, no lejos de Menfis. En esta obra se vio todo el pueblo obligado a trabajar.
Cuando esta pirámide estuvo terminada volvió a Semíramis con un centenar de sus guerreros. Se celebró una fiesta de inauguración y Semíramis fue venerada casi como una diosa. Esta pirámide estaba edificada sobre un lugar donde había agua y pantanos. Por eso se había hecho un fundamento sólido, de grandes pilares, que parecía un inmenso puente, sobre el cual se levantó luego la pirámide. Debajo de la pirámide se podía caminar, alrededor, como en un gran templo de columnas. Allí debajo habían hecho muchas cámaras, espacios, prisiones y salas; en la parte interior de la pirámide había muchas cámaras pequeñas, y en la exterior se veían muchas ventanas y aberturas de las cuales colgaban paños y lienzos que flotaban al aire.
Entorno de la pirámide había grandes jardines y lugares de baño. En el interior
de esta pirámide se ejercía la más abyecta idolatría; mejor dicho, en el sitio de la observación de los astros, de la magia y de las peores corrupciones. Se
sacrificaban niños y ancianos. Astrólogos, hechiceros y magos de toda categoría tenían allí su asiento, su morada y sus diabólicas visiones e ilusiones.
En el lugar de los baños había una instalación para purificar las aguas del Nilo.
Más tarde se vieron a mujeres egipcias en grandes orgías, en estos baños, relacionadas con las mayores atrocidades del culto de los dioses. Esta pirámide
no subsistió mucho tiempo: fue destruida. El pueblo era muy supersticioso
y los sacerdotes de los ídolos estaban sumidos en tanta ignorancia, tinieblas
y en tales artes adivinatorias, que en Heliópolis preguntaban hasta los
sueños de las gentes y los reunían, escribían y conservaban relacionándolos
con las observaciones de las estrellas y astros. Cada vez había más personas
magnetizadas con visiones diabólicas, las cuales mezclaban algo de verdad
con falsedades. De este modo se ordenó el culto de los ídolos y aún la cronología de los egipcios.
Por ejemplo, los dioses Isis y Osiris no eran otra cosa que José (virrey del Egipto) y Asenté (su esposa), que los astrólogos de Egipto habían predicho a raíz de visiones diabólicas, y que el los habían colocado entre sus dioses.
Cuando llegaron, fueron venerados como dioses. Asenté se lamentaba y lloraba por ello, y hasta escribió en contra del culto que se le tributaba. Los sabios modernos que escriben sobre Egipto están en un gran error, porque tienen por historia, experiencia y ciencia egipcias muchas cosas que descansan sólo en falsas visiones y en sueños astrológicos.
Esto está claro, puesto que los egipcios permanecieron siendo un pueblo tan ignorante y de vida tan bestial, como lo fueron en efecto. Los sabios tienen a estas influencias diabólicas por cosas imposibles; las desechan, y como no pueden explicar ciertos misterios del Egipto no admitiendo los influjos demoníacos, se ven forzados a atribuir a los egipcios una gran antigüedad, puesto que tenían ciertos conocimientos y cálculos misteriosos inexplicables.
Ya en los tiempos de Semíramis, en Menfis, estos sacerdotes tenían desde entonces grandes pretensiones respecto de la antigüedad, y hacían toda clase de embrollos en los cálculos de sus reyes. Pretendían siempre aparecer como el pueblo más antiguo y confeccionaban cálculos y dinastías de reyes equivocados. Así llegaron a colocarse completamente fuera de toda cronología.
Como repetidas veces cambiaban y corregían sus cálculos interesados, al final ya no supieron cuál era la verdadera cronología de su país. Como, además, solían perpetuar sus fechas equivocadas con grandes edificios y largas inscripciones, la confusión se hizo total e irremediable. Contaban el tiempo de los antepasados y de los descendientes, de tal modo que si el día de la muerte del padre fuera el del nacimiento del hijo. Los reyes siempre discutían con los sacerdotes sobre estos cálculos e interponían entre sus antepasados a personas que ni siquiera habían existido.
Los cuatro reyes o faraones que reinaron al mismo tiempo en Tebas, Heliópolis, Menfis y Sais, los calculaban como si hubiesen reinado uno después de otro. En ocasiones, contaban un año por 970 días, meses por años, y viceversa. Jesús, en Aruma, hacía la instrucción del Sábado y hablaba a los fariseos de la vocación de Abraham y de su estada en Egipto: les hizo ver la falsedad de los
cálculos exagerados de los sacerdotes egipcios. Jesús les dijo a los fariseos
que el mundo tenía entonces 4028 años de existencia. Jesús estaba Él mismo en el trigésimo primero de su edad. Y bien, si hacemos cálculos, la edad de la tierra serían: 4028+2021-31 = 6018 años a 31/12/2021
Conclusión
Si admitimos que:
- Existió realmente un diluvio universal que extinguió la humanidad como un castigo divino dejando sólo a Noé y sus descendientes.
- Qué esa humanidad antediluviana era avanzada y podríamos decir que en parte tecnológica.
- La influencia de seres diabólicos en el devenir de la humanidad.
Entonces, admitiendo estas dos cosas, toda la arqueología encaja casi perfectamente. Las supuestas civilizaciones perdidas no serían mas que determinadas tribus que se expandieron por el planeta antes de que hubieran registros históricos escritos.
Los ovnis que tantas veces esas civilizaciones perdidas y no perdidas han dejado reflejados en el arte rupestre, en petroglifos, en geoglifos y otras manifestaciones artísticas, serían prodigios que hacen los demonios o humanos influidos por esos demonios.
Se explicaría también el hecho ciertamente misterioso de que hubo épocas en que la humanidad estaba muy atrasada pero sin embargo conocían muy bien hechos astronómicos que no son fáciles de determinar y conocían muy bien técnicas de adivinación, hechicería, espiritismo, que presuponen cierta sofisticación espiritual. ¿Qué tienen en común los hombres de las cavernas con los hombres actuales?. Nada, excepto un sistema de creencias y de relación con el mas allá mas o menos sofisticado.
Se explicarían ciertos misterios de las pirámides de Egipto, y de la relación de esa cultura con el mundo de los muertos, y de la aparición de muchos de los mitos y leyendas conocidos, que quizá no sean tan mitológicos ni tan legendarios.