El paso del umbral de la muerte

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El umbral de la muerte

Vamos a hablar de qué pasa en el momento exacto de la muerte. Como ha nadie ha vuelto de ella para contarlo recurriremos a la variada casuística de comunicaciones mediúmnicas que narran lo que ocurre en el umbral de la muerte.

Solo en los casos excepcionales de atravesar el umbral de la muerte, de forma imprevista y sin sufrimientos y combinadas con estados serenos del alma, es posible que el Espíritu atraviese la crisis de la desencarnación sin tener necesidad de quedar sometido a un período más o menos largo de sueño reparador.

Foto de testimonie del fuoco

Hay varias circunstancias o fenómenos que se producen cuando el alma se dispone a traspasar el umbral de la muerte:

  1. el espíritu no percibe, o casi no percibe, que se separase del cuerpo
  2. Espíritus-guía de familiares y conocidos del desencarnado, salen a recibirle, consolarle y guiarle en el nuevo mundo espiritual.
  3. Ley de afinidad: los espíritus se agrupan por su calidad moral.
  4. “visión panorámica” del pasado.
  5. fenómenos de bilocación en el lecho de la muerte.
  6. Los espíritus construyen su medio material con el pensamiento.

En realidad,  hay muchas mas. Pero ya habrá tiempo de verlas todas. Ahora dejaremos que los desencarnados que han viajado por el umbral de la muerte sean ellos mismos los que cuenten sus respectivas muertes.

Foto de testimonie del fuoco

Caso 1: Soldado muerto en el campo de batalla de Vicksburg. Guerra de secesión americana. Año 1863.

P- ¿Qué impresión tuviste de tu primera entrada en el mundo espiritual?

R- Me pareció que despertaba de un sueño, estaba un poco aturdido, ya no me sentía enfermo y eso me extrañaba enormemente. Tenía la vaga sospecha de que algo raro pasaba, pero no sabía definir de qué se trataba.

Mi cuerpo se encontraba tendido en el lecho de campaña y yo lo veía. Decía de mí para mí:

“¡Qué extraño fenómeno!”- Miré alrededor, y vi a tres de mis camaradas, muertos en las trincheras en Vicksburg, y, que yo mismo había enterrado. ¡Sin embargo allí estaban en mi presencia! Miraban sonriendo. Entonces uno de los tres me saludó diciendo:

-Buenos días, Jim; ¿también tú eres de los nuestros?

-¿Soy de los vuestros? ¿Qué quieres decir?

-Pues que te encuentras aquí con nosotros, en el mundo de los Espíritus. ¿No te diste cuenta de eso? Es un lugar donde se está bien.

Estas palabras eran muy fuertes para mí. Fui presa de violenta emoción y exclamé:
“¡Dios mío! ¿Qué dices? ¿Estoy muerto?”

– No; estás más vivo que nunca Jim; porque te encuentras en el mundo de los Espíritus. Para convencerte no tienes más que mirar tu cuerpo.

En efecto, mi cuerpo yacía inanimado, delante de mí, sobre la tarima, ¿Cómo, pues, podía negar el hecho?

Poco después llegaron dos hombres que colocaron mi cadáver en una plancha de
madera y lo transportaron hasta un carro, allí lo metieron, subieron a él y se fueron. Acompañé el carro, que se paró al borde de una fosa, donde mi cadáver fue enterrado y abandonado. Yo fui el único asistente a mi entierro.

Foto de testimonie del fuoco

P- ¿Cuáles fueron las sensaciones que experimentaste en la crisis de la muerte?

R- Las que se experimentan cuando el sueño te domina, pero acordándote de algunas ideas que hubieses tenido antes. La gente normalmente no recuerda el momento exacto en que se abandonó al sueño. Eso pasa también cuando acontece la muerte. Pero, un poco antes de la crisis fatal, mi mente se volvió muy activa; me acordé súbitamente de todos los acontecimientos de mi vida; vi y oí todo lo que había hecho, dicho, pensado, todas las cosas a las que estuviera asociado, me acordé de los juegos y de las bromas del campo militar; los disfruté como de cuando ellos participaba.

P- ¿Cuéntanos cómo fueron tus primeras impresiones en el mundo espiritual?

R- Os decía que mis buenos amigos soldados ya no me abandonaron, desde que desencarné hasta que hice mi entrada en el mundo espiritual; aquí tenía yo abuelos, hermanos y hermanas, que, sin embargo, no vinieron a recibirme. Al entrar en el mundo espiritual me parecía caminar sobre un terreno sólido y vi
que a mi encuentro venía una vieja, que me dirigió la palabra así:

– “Jim, entonces viniste para donde estábamos?”- La miré atentamente y exclamé:

“Oh abuelita, eres tú?”- “Soy yo misma, querido Jim.

Ven conmigo.”- Y me llevó lejos de allí, a su morada. Al llegar a ella me dijo que era necesario que reposase y durmiese. Me acosté y dormí largamente…

Foto de testimonie del fuoco

P- ¿La morada de la que hablas tenía el aspecto de una casa?

R- Por supuesto. En el mundo de los Espíritus hay la fuerza del pensamiento, por medio de la cual se pueden crear todas las comodidades deseables.

Caso 2: soldado muerto en el frente francés de la primera guerra mundial. Año 1917

Los seres que viven en el medio terrestre tienen mucho que aprender acerca del estado que les espera después de la muerte; quiero decir del instante en que el Espíritu se despega del organismo corporal. Me ha sido permitido hablarte de eso brevemente en este mensaje.

Comienzo por decir que no habrá dos Espíritus desencarnados que tengan que pasar por la misma experiencia al respecto. Sin embargo estas variadas experiencias representan una circunstancia común: la de que los Espíritus creen, en un principio, estar todavía entre los vivos y, los que atravesaron una agonía de
sufrimientos, quedan profundamente sorprendidos de encontrarse curados de repente.

Foto de testimonie del fuoco

Tal es la alegría experimentada que puede ser esta la impresión más fuerte que sucede a la crisis de la muerte. Cuando morí, o, más exactamente, cuando mi cuerpo murió, me sentí más vivo que nunca y esperaba recibir orden para un nuevo paso al frente. Al ser herido por el proyectil que me mató, estábamos separados de nuestro regimiento e intentábamos con grandes precauciones ponernos de nuevo en contacto con él.

Algunas veces los Espíritus desencarnados, al encontrarse solos en un medio desconocido experimentan gran pavor; pero, eso solo se da con los que en vida fueron profundamente egoístas y nunca dirigieron sus pensamientos hacia Dios. Aún y todo, llegado el momento, esos Espíritus son ayudados y animados por sus Espíritus-guías, pero les es necesario, primeramente, adquirir una espiritualidad suficiente para encontrarse en condiciones de percibir a los Espíritus-guías.

Casi todos los desencarnados pasan por un período de sueño reparador, que puede durar semanas o meses; esto depende de las circunstancias en que murieron. En mi caso fui muerto de manera fulminante, no sufrí, no pasé por enfermedades agotadoras; a pesar de eso, sin embargo, estuve sumergido en el sueño durante cerca de una semana, debido a que al haber sido una muerte súbita, mi
cuerpo espiritual fue bruscamente arrancado del “cuerpo somático” produciéndome un contragolpe sensible en el primero.

Foto de testimonie del fuoco

Cuando, entre los Espíritus recién llegados, hay los que se encuentran ligados por vivos afectos a otros espíritus desencarnados algún tiempo antes, estos últimos le salen al encuentro antes de que pasen por la fase de sueño reparador.

Y, cuando los Espíritus recién llegados despiertan del sueño, sus guías intervienen para informarlos del adiestramiento espiritual que para cada uno está reservado.

Caso 3: ahogado el alta mar. Año 1854

Si hubiese podido escoger la forma de desencarnar, ciertamente no hubiese escogido la que el destino me impuso. Aunque ahora en el presente no me quejo de lo que aconteció, dada la naturaleza maravillosa de la nueva existencia que se abrió súbitamente delante de mí.

Foto de testimonie del fuoco

En el momento de la muerte, reviví como en un panorama, los acontecimientos de
toda mi existencia. Todas las escenas, todas las acciones que yo hice pasaron delante de mi vista, como si se hubiesen grabado en mi mente, en fórmulas luminosas. Ni uno solo de mis amigos, desde la infancia hasta la muerte, faltó a la llamada.

Cuando me hundí en el mar, llevando en los brazos a mi mujer, se me aparecieron mi padre y mi madre, y fue esta última la que me sacó del agua, haciendo muestra de una energía cuya naturaleza solo ahora comprendo. No recuerdo haber sufrido.

Cuando me sumergí en las aguas, no experimenté sensación alguna de miedo, ni siquiera de frío o de asfixia. No me acuerdo de oír el estruendo de las olas quebrando sobre nuestras cabezas. Me desprendí del cuerpo casi sin darme
cuenta y, siempre abrazado a mi mujer, seguí a mi madre que había venido para acogernos y guiarnos.

El primer sentimiento triste no me asaltó hasta que no dirigí el pensamiento hacia mi querido hermano, por ello mi madre, sintiendo mi inquietud, me anunció “Tu hermano tampoco tardará mucho en estar con nosotros.” A partir de ese instante toda sensación de tristeza desapareció de mi espíritu.

Foto de testimonie del fuoco

Pensaba en la escena dramática, que acababa de vivir, únicamente con el propósito de socorrer a mis compañeros de desgracia. De inmediato vi que estaban saliendo de las aguas del mismo modo que yo lo estaba. Todos los objetos me parecían tan reales a mí alrededor que, sino hubiese sido por la presencia de tantas personas que sabía muertas, habría corrido al lado de los náufragos.

 No habiendo estado enfermo y no habiendo sufrido, fácil me fue adaptarme
inmediatamente a las nuevas condiciones de existencia..

Enlaces de interés

Fenómenos Psíquicos en la hora de la muerte – La Cripta de John Dee

La realidad de la muerte – Enseñanza de Petronio – La Cripta de John Dee

Experiencias cercanas a la muerte: El estudio AWARE – La Cripta de John Dee

La muerte y las ECM – La Cripta de John Dee

Wikipedia

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