La Trinidad y la Encarnación – Catequésis de Petronio

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He recibido un mail desde Roma, que me envía Petronio. Tras rezar Laudes, ha sentido una moción del Espíritu de Dios y ha querido aclararme los conceptos muy importantes de 1) La Santísima Trinidad 2) La Encarnación Petronio me ruega que os advierta que es indispensable conocer estos dos misterios para salvarse. Si no queremos ir al infierno, es necesario conocer estos dos misterios.
He recibido un mail desde Roma, que me envía Petronio. Tras rezar Laudes, ha sentido una moción del Espíritu de Dios y ha querido aclararme los conceptos muy importantes de
 
1) La Santísima Trinidad
2) La Encarnación
 
Petronio me ruega que os advierta que es indispensable conocer estos dos misterios para salvarse. Si no queremos ir al infierno, es necesario conocer estos dos misterios.
 
Hay que hacer una puntualización. En esto está de acuerdo Petronio. Los misterios son misterios y por lo tanto, en un sentido último, incognoscibles para el hombre. Es mas, estos dos misterios son dogmas, es decir, postulados que deben admitirse sin discusión.
 
El que se deban admitir sin discusión, no quiere decir que su contenido no sea accesible de alguna manera por la mente humana, y esto es lo que vamos a hacer en este post.
 
Finalmente hay que aclarar que si la Iglesia Católica tiene dogmas, es porque son misterios. No pueden ser bien comprendidos del todo por la mente humana y por lo tanto necesitan ser dogmatizados. Sobre todo, pensando en el pueblo llano.
 
Hoy vamos a explicar los dos misterios mas importantes de la religión católica de la mano de Petronio. Primero oiremos su descripción dogmática y después una analogía con lo que lo comprenderemos perfectamente.
 
Debo anunciar también que pronto contaremos con un nuevo corresponsal en Damasco. Su nombre es Muhammad, y nos traerá enseñanzas del mundo islámico.
 

EL CONCEPTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 
Quienquiera desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: quien no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente. Esta es la Fe Católica: que veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en unidad. Ni confundimos las personas, ni separamos las substancias. Porque otra es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo: Pero la divinidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su gloria, es coeterna su majestad. Como el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno. Como no son tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno inmenso. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno omnipotente. Como es Dios el Padre, es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres dioses, sino un Dios. Como es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres señores sino un Señor. Porque, así como la verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las personas es, singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe decir que son tres Dioses o Señores. Al Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró. El Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente de ellos. Por tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nada es primero o posterior, nada mayor o menor: sino todas las tres personas son coeternas y coiguales las unas para con las otras. Así, para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad sea venerada por todo, como se dijo antes. Quien quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad.
 
Qué es la Trinidad? – ¿Y qué dice la Biblia?
 

ANALOGÍA PARA ENTENDER EL MISTERIO DE LA TRINIDAD

¿Te has fijado lo que pasa cuando te pones delante de un espejo?. Al mismo tiempo que llegas a él, se representa tu imagen al otro lado del espejo. Si llegas al cristal y pones la mano derecha en el, la imagen podrá su mano izquierda y os tocaréis a través del cristal dejando una marca en él. Entonces en un solo y único espejo, se juntan tres cosas distintas: tu persona, tu imagen producida por el espejo y la huella de tu mano.
 
Ahora se entiende cómo en la Santísima Trinidad, el Padre engendra eternamente al Hijo (como tu persona engendra la imagen en el espejo, y el Espíritu Santo procede del amor del Padre y el Hijo).
 
Padre, Hijo y Espíritu Santo son un solo Dios, esto es, una sola naturaleza divina (tu persona, tu imagen y la marca de tu mano están en un solo espejo).
 
Deberíamos creer en la Trinidad? | Cuestiones de fe
 

EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN DE JESUCRISTO

 
Pero, para la salud eterna, es necesario creer fielmente también en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es pues fe recta que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios de la substancia del Padre, engendrado antes de los siglos, y es hombre de la substancia de la madre, nacido en el tiempo. Dios perfecto, hombre perfecto: con alma racional y carne humana. Igual al Padre, según la divinidad; menor que el Padre, según la humanidad. Aunque Dios y hombre, Cristo no es dos, sino uno. Uno, no por conversión de la divinidad en carne, sino porque la humanidad fue asumida por Dios.
 
Completamente uno, no por mezcla de las substancias, sino por unidad de la persona. Porque, como el alma racional y la carne son un hombre, así Dios y hombre son un Cristo. Que padeció por nuestra salud: descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios Padre omnipotente; de allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. A su venida, todos los hombres tendrán que resucitar con sus propios cuerpos, y tendrán que dar cuenta de sus propios actos. Los que actuaron bien irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno. Esta es la fe católica, quien no la crea fiel y firmemente, no podrá salvarse. Amén.
 
Símbolo de la fe: sobre la Trinidad y de la Encarnación - El Español Digital "La verdad sin complejos"
 
ANALOGÍA PARA ENTENDER EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN

Imagina que te hacen prisionero de guerra un enemigo cruel e implacable. Tu destino terrible es ser esclavo del enemigo.

Los esclavos se compran y venden como cualquier mercancía. Antiguamente se redimían esclavos con dinero o incluso con la vida de otro.

Imagina que el vencedor que te ha esclavizado es tan malo que no se contenta con dinero o la vida de un familiar a cambio de la tuya. Se empeña en que muera por ti (y por muchos) una persona de categoría, por ejemplo tu rey. Entonces ocurrirían una de estas dos cosas. O bien no habría salvación para ti, o el rey debería de morir por todos.

He aquí que de repente, el hijo del rey se presta a morir por ti y dice: yo moriré por este esclavo, ponedlo en libertad. El sufre el martirio y muere, mientras tu vuelves a casa donde los tuyos te reciben con alegría.

Con el pecado de soberbia y desobediencia, Adán y Eva (y su descendencia, o sea todos nosotros) fueron hechos esclavos del demonio y desterrados para siempre del Paraíso.

Pero vino a la tierra el hijo de Dios y murió para redimirnos de las garras del demonio que nos había esclavizado y abrirnos las puertas del Cielo.

Tema 9. La Encarnación - Opus Dei

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