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La magia es como un cuchillo afilado que lo mismo sirve para pelar patatas que cortar cuellos. Todo depende de la mano que lo empuña. Por ello, como veremos mas adelante la magia tiene mucho de voluntad, de intención.

Introducción a las leyes de la magia 

Vamos a seguir profundizando en aspectos relacionados con la magia en esta serie de posts. Una cosa que siempre me ha llamado la atención es si la magia podía tener leyes, igual que existen leyes de la naturaleza.

Para empezar, tal y como se dijo en mi post sobre la santería afrocubana, no creo en que la magia se divida en negra, blanca o roja.

La magia es como un cuchillo afilado que lo mismo sirve para pelar patatas que cortar cuellos. Todo depende de la mano que lo empuña. Por ello, como veremos mas adelante la magia tiene mucho de voluntad, de intención.

Esto no es ninguna tontería. Cuando asistimos a una Misa católica, se deben de dar una serie de condiciones para que la misa sea válida, es decir, para que Jesucristo baje al pan e el momento de la consagración. La mas importante y sin la cual, la misa no es válida es la intención del sacerdote de que Jesucristo baje cuando consagra.

Pronto veremos que esa es una de las condiciones para que se de un acto mágico: Que el oficiante, en este caso el mago, tenga la voluntad, la intención de efectuar ese acto mágico.

La magia y el saber hacer de los magos responde al concepto de prontuario. Todo mago lleva un libro de tinieblas, que no es otra cosa, que un recetario o una libreta en el lenguaje de los santeros. En esa libreta el mago anota sus hechizos y fórmulas.

Podría decirse que hay tantas magias como magos. Por eso decimos que la magia responde al principio de prontuario, grimorio o recetario. Cada maestrillo tiene su librillo. Sin embargo, de todos esos libros de tinieblas se puede sacar un mínimo común múltiplo, y eso es lo que vamos a hacer desde esta oscura y húmeda cripta donde yace y espera el que estas palabras os dirige.

Definición de magia

La Magia es la ciencia y el arte de usar estados alterados de consciencia para causar cambios que ocurran en conformidad con la voluntad.

Primero de todo, los términos arte y ciencia son importantes aquí. A
menudo el término ciencia oculta es usado, pero el ocultista (o científico
de lo oculto) generalmente define ciencia bastante diferentemente de lo
que lo hacen los científicos naturales o exactos.

En la jerga técnica, es empírica o empíricamente científica, lo cual se aplica a la práctica mágica de cada día. Esto significa en primer lugar que la Magia apunta a lo que es visiblemente exitoso.

Sobre la otra mano, el término arte se refiere al área más intuitiva de
la Magia, que incluye el más fino instinto y los sentimientos en general,
también como a la sensibilidad para las energías sutiles (tal y como están
involucradas en varios tipos de clarividencia).

Los sueños y las visiones también caen bajo el aspecto arte de la Magia, pero el pensamiento y el conocimiento de las correspondencias, en la otra mano, pertenecen al aspecto ciencia de la misma.

Resumiendo, la Magia hace uso de ambos componentes de la personalidad humana, el así llamado racional y el irracional. Vemos que la Magia realmente apunta al logro de la totalidad y unidad espiritual del individuo.

Esto tiene razones puramente prácticas, porque solamente cuando ambos lados trabajan juntos armoniosamente, pueden los resultados mágicos ser logrados, resultados que a menudo aparecen como si fueran a refutar todas las leyes (científicas) de la naturaleza, lo cual por supuesto no es verdad, como veremos más adelante.

En la práctica, una persona necesita usar ambos aspectos (el racional
y el intuitivo) para realizar un exitoso acto de Magia. Esto ocurre a través de dos de los tres más importantes componentes básicos del acto mágico,
particularmente la combinación de la voluntad y la imaginación.

El Arte corresponde a la imaginación por medio de su naturaleza intuitiva, mientras que la Ciencia se corresponde con la voluntad a través de su reflexión y sus claros y precisos objetivos. Así que ya tenemos una ecuación preliminar:

Voluntad + Imaginación = Magia

Pero si nosotros ya estamos usando nuestra imaginación y voluntad,
¿por qué todavía necesitamos el trance mágico? En orden a comprender
esto, necesitamos entender la estructura de nuestra psique y cómo trabaja, porque solemos gustar de asumir que el poder mágico y la habilidad de
realizar Magia es un acontecimiento interno-espiritual.

Aquí presentamos un simplificado modelo de la psique humana como es suministrado por el psicoanálisis. En primer lugar vemos la mente consciente, también conocida como la consciencia despierta o diaria. En la
parte baja podemos ver la mente inconsciente. Esta incluye todo lo que
realmente escapa a nuestra mente consciente. Aunque está  constantemente activa, solamente la notamos cuando dormimos.

El así llamado censor está localizado entre las mentes consciente e inconsciente. Representa una forma de filtro de dos vías. Por una parte, asegura la percepción selectiva de los estímulos del mundo externo, y por la otra protege a la mente consciente de ser inundada descontroladamente por información proveniente del inconsciente, lo cual incluye represiones y complejos.

Al censor le es asignada una función vital, particularmente el mantenimiento de lo que generalmente se llama salud espiritual. Por otra parte el censor tiene una considerable desventaja también, que es extremadamente conservador. Sólo a disgusto permite a la mente
consciente hacer directa e inmediatamente contacto con la mente
inconsciente, pues escapa a su control.

Realmente uno de los más importantes trucos en la Magia es apagar
temporalmente el censor, para acceder a la fuente de poder (la mente
inconsciente) y asignarle tareas específicas. Esto ocurre a través del trance
mágico.

Este estado a menudo recuerda al nebuloso periodo justo antes de caer dormido en el cual la mente consciente está todavía activa pero bastante subyugada. En este estado, puede intercambiar información
directamente con la mente inconsciente, y viceversa, en forma de imágenes.

Durante el trance mágico, el censor está en cierta manera, puesto a dormir. Idealmente, debería dormir muy ligeramente y solamente
despertar en una emergencia.

Primera fórmula básica de la Magia

Como se ve en la declaración de más arriba, el foco de la educación mágica debe estar en el entrenamiento de la Voluntad, la Imaginación y el Trance para posibilitar un eficiente trabajo dentro de este paradigma o modelo explicativo.

Tú ya sabes que el censor, la autoridad que tan a menudo hace la vida de un mago, como la de cualquiera, difícil con sus pseudorracionales dudas y objeciones, está localizado entre la mente consciente e inconsciente. Este censor puede ser apartado enteramente (o al menos en parte) por medio del trance.

El poder mágico yace en la mente inconsciente. Si podemos exitosamente pasar de contrabando órdenes o declaraciones de intento de la mente consciente a la inconsciente, nuestra experiencia nos ha demostrado que esto posibilita al resultado deseado manifestarse dentro del alcance de los poderes de uno (lo cual es realmente bastante tremendo).

El deseo de lograr una cosa específica, automáticamente genera el efecto opuesto, particularmente el fallo, conforme a la ley de acción y reacción. El hecho de que somos realmente inconscientes de este contra efecto no cambia la cuestión.

Nuestra psique ha aprendido a disimularlo ingeniosamente de muchas formas: dudas, miedo, preocupaciones morales o religiosas, incertidumbre y sí, incluso el viejo y simple miedo al éxito en sí mismo, lo cual es raramente admitido. Estas son las manifestaciones de esta anti-energía.

Esto sin duda alguna también se aplica al nivel mágico, hasta que hayamos aprendido a hacer la distinción entre el deseo y la voluntad. Pero esto no es siempre tan fácil como suena, así que comenzaremos a usar el más directo método de encauzar nuestros deseos hacia su destino a través de la tecnología mágica.

La gente que no es bastante fuerte para encarar a su enemigo abiertamente en batalla, necesita usar trucos y camuflaje.
Consecuentemente, disimularemos nuestros deseos y declaraciones de
intento, permitiéndoles así marchar despejando la guardia de palacio
-nuestro censor-, directamente a la armería de nuestra alma interior.

La mejor forma de hacer esto es darles un inocente camuflaje que oculte sus verdaderas intenciones, tal como es el uso de imágenes abstractas y glifos (símbolos) que llamamos sigilos.

Cada cosa que entramos en nuestra mente inconsciente es procesada
allí: hechos, experiencias y asociaciones son almacenadas; los
pensamientos desagradables son reprimidos y como resultado, pueden
incluso convertirse en tremenda fuerza explosiva (tal como los complejos,
neurosis o incluso psicosis).

En la Magia, la función de la mente consciente es definir la meta predeterminada, actuando como un piloto. Es cultivada a través del entrenamiento espiritual y los ejercicios de concentración, disciplina y voluntad.

La mente inconsciente, por otra parte, tiene la responsabilidad de
convertir las órdenes y metas tan prometedoramente como sea posible,
actuando como el ingeniero. Es entrenada a través del ritual y las asociaciones/analogías, a través del entrenamiento en trance también como a través del uso de símbolos.

Al censor le es asignada la función de proteger el proceso entero, guardando todo lo que esté sucediendo y erradicando cualquier factor no
deseado, tanto interno como externo.

Es el funcionario de aduanas. Ya que al principio causará más dificultades que estímulos para nuestras ambiciones mágicas, debido a su ultraconservadora y sobreprotectora actitud, que es adicionalmente reforzada a través del entorno y la educación hostil a la Magia, será eludido y reeducado trabajando con el trance mágico.

La experiencia ha demostrado que al final se avendrá con nuestra Magia, convirtiéndose en un aliado de valor que tomará parte en nuestro trabajo sobre el nivel robótico o automático, mientras que también proveerá una efectiva protección mágica. Una vez el mago es capaz de fusionarlo con su Verdadera Voluntad (Thelema) a través de la práctica constante, se convertirá en su encarnación, por lo tanto cumplirá la función
que es referida al Santo Angel Guardián en la Magia de Abramelin, o al
tótem del clan en la Magia Africana (también como en otros sistemas
nativos, de los así llamados primitivos).

A este respecto, evadir el censor es realmente una importante parte
de nuestro desarrollo. Es entrenado al experimentar la efectividad y el
éxito de tu trabajo mágico.

Autoridad Psicológica       Desarrollada por…
—————————————————————
Mente Consciente              Entrenamiento de la Disciplina
                                                 Entrenamiento de la Voluntad
                                                 Entrenamiento Mental
—————————————————————
Censor                                    Anulación
                                                 Experiencia de Trance
                                                 Éxito Mágico
—————————————————————
Mente Inconsciente           Ritual
                                                 Entrenamiento en Trance
                                                 Símbolos
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Segunda fórmula básica de la Magia

Esta segunda fórmula de la Magia, es una descripción cualitativa, no
cuantitativa. Esto significa que la fórmula está principalmente diseñada
para ilustrar condiciones y circunstancias.

M es proporcional a => T*E*P/(C*R)
Donde:
M= acto mágico, o Magia
T= grado de trance
E= grado de enlace mágico a la meta/blanco humano
C= consciencia del acto
R= resistencia contra el acto
P= probabilidad de que el éxito mágico ocurra por casualidad

El éxito del acto mágico M (o Magia en general) es directamente proporcional al grado de trance aplicado, multiplicado por el grado de enlace mágico a la meta o blanco humano (cuando mágicamente
influenciamos a otros); M es inversamente proporcional al grado de
consciencia del acto mágico y la resistencia psicológica contra el mismo.

El total es entonces multiplicado por el grado de probabilidad de que por
casualidad se produzca el éxito mágico. El éxito mágico es directamente proporcional al grado de enlace mágico a la meta o blanco humano. Esto es bastante obvio en la Magia para influir en otros. Por ejemplo, si un mago quiere curar o dañar a un blanco humano, uno necesita un apropiado acceso a esta persona.

Esto está realmente determinado por o basado en la primera ley de la Magia práctica. Esta doctrina declara que, por ejemplo, un objeto que ha estado con otra persona por un largo tiempo, asume cualidades de esta persona, incluso convirtiéndose uno con él o ella en un sentido: de esta forma, el mago puede tratar con este objeto como si fuera la persona. 

La segunda ley de la Magia práctica es la ley de transmisión (también llamada contagio) y forma la base teórica para trabajar activamente con un objeto en Magia práctica. Si el mago tiene en su posesión un mechón de pelo (o incluso una foto) del blanco humano, uno puede proceder sobre él en cualquier forma deseada y esto traerá como efecto que cualquier cosa hecha a este pelo también sucederá al blanco humano.

El grado de tal enlace puede variar grandemente: casi siempre depende decisivamente de cómo de bien el mago puede encontrar el ritmo del campo de energía del blanco humano.

Algunos magos pueden ajustarse mágicamente a una persona, simplemente conociendo su nombre, mientras que otros pueden necesitar una más comprensible información, así como unos estímulos más fuertes, por ejemplo habiendo visto, o hablado, o habiendo tocado a la persona, o poseyendo una foto u otro objeto del individuo.

En esto podemos ver que la variable E puede solamente ser determinada bastante subjetivamente, lo cual naturalmente se aplica al grado de trance también.

Podemos comprender nuestro enlace mágico como el grado de empatía (armonía) entre nosotros mismos y el blanco humano u objeto. Hay sin embargo, un más sutil aspecto de la variable E, particularmente la aptitud real del mago para la acción deseada, y hay de hecho especialistas en cada campo de la Magia, aunque todo mago serio hace todo lo posible en desarrollar sus habilidades con tanta flexibilidad como le sea posible.

Pero la aptitud del mago para lograr la meta deseada juega un rol aquí también. Una persona que tiene una relación insana con el dinero, raramente será exitosa en la Magia para el dinero.

El mejor enlace mágico es seguramente una precisa imagen mental de la meta deseada o blanco humano. Por supuesto, precisa en este caso significa precisión emocional más bien que física. Si el mago hace una
muñeca para representar a una blanco humano, no importa si esta imagen
se parece exactamente a él o ella en cada detalle, como si fuera una
fotografía, sino que más bien es mucho más importante que una fuerte
identidad sea establecida entre la marioneta y el blanco humano.

El mejor estado mental para hacer esto es el que Spare denominó “no interesado/no desinteresado”.

Las variables C y R reducen la perspectiva del éxito mágico. La consciencia del acto mágico es uno de los más grandes bloques de tropiezo para el principiante al dar sus primeros pasos sobre el sendero mágico.

Con consciencia, principalmente indicamos el enlace mental consciente
hecho por el censor, entre la operación mágica y la meta. Si no eres capaz de desconectarte emocionalmente de la situación (podríamos llamarla desidentificación intencional), el censor hará todo lo posible para prevenir el éxito en orden a evitar el posible dilema de tener una mala conciencia (“Yo no quería hacer eso”, “Yo no lo quería de esa forma”, “Realmente no lo merecía”), lo cual a menudo resulta en muchas más cargas mentales que lo que podría hacer el fallo mágico.

Tal autoconsciencia podría arruinarlo todo. Las otras variables incluyen no sentirse bien física o mentalmente (falta de energía), falta de motivación o hastío (lo cual a menudo ocurre cuando estamos realizando Magia para otros), mentalidad ausente (demasiado centrarse en tareas mágicas subjetivas que son vistas más importantes), y mucho más.

A lo largo de estas líneas, hemos desarrollado la ley de que deberías
usar la Magia para una meta que es altamente probable que ocurra en
primer lugar sin el uso de la Magia, especialmente al principio de tu
carrera mágica.

Si persistentemente trabajamos nuestro camino hacia metas más difíciles, en cambio de probar a saltar a lo más difícil, seremos capaces de tratar con el fallo (lo cual es inevitable algunas veces) mucho mejor en un nivel psicológico, ya que habremos aprendido a dar sólo un paso cada vez.

Conclusión

Idealmente, los valores por debajo de la línea deberían ser cero porque si no los valores por encima, tendrían que ser infinito, aunque este es raramente el caso en la práctica.

Mientras más grande es el trance (T) y el enlace mágico (E), más alta será la proporción de éxito de la operación. Es reducida por las variables C y R.

Cuando la resistencia (R) psicológica al acto mágico o su meta es mayor, el enlace mágico o valor de E es automáticamente más bajo, porque la voluntad mágica no es bastante orgánica, y la alienación entre el
mago y la meta ocurre contrariamente a la absoluta unidad.

Habrás probablemente notado que nuestras variables no pueden siempre ser claramente distinguidas las unas de las otras en todo momento.

En este sentido, un alto valor en el trance (conforme a la definición)
significa una limitada consciencia, mientras que la resistencia podría
deberse a un insuficiente enlace mágico, y cosas así. Otras ecuaciones
podrían ser posibles también, por ejemplo la variable R bajo la línea
podría ser reemplazada por otra variable tal como V (de voluntad mágica).

Esto no es más que un juego intelectual ya que crea muchos y diferentes
acercamientos psicológicos a la Magia práctica, así que siéntete libre de
experimentar con otras ecuaciones también.

Enlaces de interés

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