HISTORIA DE UN SÚCUBO
Antes de empezar con la descripción del sueño que he tenido esta noche, en la última hora y media de la misma, antes de despertarme, he de decir una cosa. Hay palabras fuertes y descripciones muy crudas de tipo sexual y necrofílico. No es un post para menores de edad ni para personas sensibles o impresionables. El oscuro habitante que repta y aúlla por esta Cripta no se hace responsable de los efectos que pueda producir en determinadas psiques.
Bueno, ya en serio, paso a describiros el sueño tal y como yo lo recuerdo. Me puse a escribirlo inmediatamente tras despertarme, porque ya sabéis que al poco de despertar se olvidan por completo. No fue el caso de este, lo cual significa que es especial. Si alguien de los que leyere este sueño tiene conocimientos sobre interpretación y se anima a interpretarlo le ruego que me envíe la interpretación a mi correo electrónico: zdoom@hotmail.es
La visita del súcubo
Me habían citado para una entrevista de trabajo. Algo relacionado con informática en una empresa de servicios. Acudí sin mucho entusiasmo y allí me recibió un chica de estas que están siempre muy atareadas, de acá para allá, con gafas, bien vestida.
El sitio no parecía una empresa. Era como un chalet muy grande donde vivía alguien, pero no parecía tener límites, según entrábamos y salíamos de las dependencias, había muchísima gente trabajando, eran como oficinas, con mesas, ordenadores, impresoras, luces fluorescentes.
Para mi sorpresa la entrevista tuvo éxito y me admitieron. La persona que me entrevistó me dijo que me presentaría a mi nueva jefa y que mientras, pues que diese una vuelta por allí para conocer las instalaciones y ver a mis nuevos compañeros de trabajo. Eso hice, empecé a andar por las instalaciones recorriendo interminables habitaciones llenas de trabajadores que se afanaban cada uno en lo suyo. Empecé a ver que todo me era ligeramente familiar.
Me recordaba mucho a mi anterior empresa, un banco grande. Allí no había ex-compañeros míos del banco donde trabajaba, pero si mucha gente que los conoció. Estaban todos ya jubilados o incluso algunos muertos. Sin embargo yo estaba allí.
A pesar de que me era familiar el ambiente, era todo muy raro. No había ordenadores ni equipamientos actuales. Eran computadoras de hace mas de 30 años. Impresoras gigantescas, anticuados faxes…
Pregunto cual iba a ser mi cometido en la empresa y me dicen que tienen problemas con la importación de datos en diferentes formas a bases de datos. Que si yo sabía algo de eso. Les contesto que sí, pensando que trabajaría con lo último de Excel o de Oracle, y me hablan de ficheros txt, en un formato que me resultaba conocido, pero que recordaba como muy antiguo y descatalogado. No obstante sabía como manejarlos y les dije que sin problema, que yo era su hombre. Al fin y al cabo, era tan viejo como esos ficheros.
Sigo con mi periplo por ese gran chalet donde estaba la empresa en la que iba a trabajar. Pregunto por la que iba a ser mi jefa, no recuerdo su nombre en el sueño, pero todos me hablan muy bien de ella y señalan hacia una zona mas recogida, mejor decorada, con menos ruido. Me dirijo hacia allí y me encuentro con que había 10 o 12 empleados con mejores vestimentas, mejor arreglados y, cosa curiosa, bastante mas altos que los otros. Todos revoloteaban alrededor de una mujer muy alta, de unos 45 años, quizá alguno mas, con una figura escultural, como si hubiera sido modelo de pasarela en su juventud.
Iba vestida, efectivamente como como una modelo de la pasarela cibeles. Con un vestido espectacular y llamativo de una marca de alta costura, muy ajustado y sensual. Percibí los herrajes de la la lencería que llevaba interiormente. Tenía una tetas espectaculares y algo sorprendente. No llevaba sujetador. En fin, pensé que era una vestimenta poco apropiada para el trabajo.
Era de piel bronceada por el sol con una melena larga, dorada, ligeramente ondulada. Era de un color de piel peculiar. Luego veremos que esto tiene importancia. Me doy cuenta de que ese ala mas noble del chalet donde tiene el cuartel general mi nueva jefa y su guardia de corps da a unas paredes acristaladas el suelo al techo. Estaba en un extremo de la casa. En el exterior había una piscina enorme, preciosa de un azul profundo y unos jardines espectaculares, muy extensos, perfectos con un trazado geométrico y un diseño grandioso aunque con cierto aire funerario; y al final de dichos jardines se veían unas edificaciones de oficinas enormes. Unos edificios altos, modernos, de cristal y acero. Pero todo ello a lo lejos, aunque perfectamente visibles.
Me presentan a la que sería mi jefa, que se muestra muy amable y simpática, como una figura beatífica y benefactora. No puedo evitar admirar esa figura espectacular rematada por esos senos perfectos. En es momento alguien, discretamente me dice al oído que está casada y tiene dos hijos.
Miro a ver quien ha sido el impertinente y veo a uno de los empleados bajitos, de los que no son del entorno inmediato de mi jefa y me señala a una dependencia con chimenea y a un cuadro donde se la ve a ella y a sus dos hijas. No dije nada para no dar pistas, pero pensé ¿y el marido? ¿donde está?.
Me doy cuenta inmediatamente de que esto no es una empresa normal. De que estamos en el domicilio particular de esa mujer espectacular y atractiva cuyo nombre no recuerdo, porque lo olvidé en el sueño, pero que llamaré Pilar, para orientarnos mejor.
El chalet de Pilar era una mezcla de oficinas con multitud de empleados y también de casa familiar. Estaba pegado a la empresa a la que prestaba servicio, cuya sede eran esos edificios enormes que se veían lejanamente al otro extremo de los jardines.
Pilar me invitó a tener una entrevista en su despacho. La entrevista transcurrió cordialmente, se mostró muy amable en todo momento y yo notaba que no podía apartar la vista de ese cuerpo admirable sin defectos. He de añadir que era mas alta que yo, un poco mas y eso que no llevaba muchos tacones. A ella no pareció importarle mi atrevimiento con la mirada. Puede percibir que tenía los pezones anillados.
Durante la entrevista, quedamos en que yo seguiría mi periplo por las dependencias de la empresa, mientras un empleado de su confianza haría los trámites necesarios para darme de alta en los sistemas, proporcionarme una mesa, etc. El marido de Pilar o todo rastro de el, seguían sin aparecer. Intuí que no existía. No que estuviera divorciada o separada. Simplemente no había marido.
La persona con la que hablé sobre aquellos ficheros en formato muy antiguo, se acerca y me dice que han recibido un nuevo fichero, que necesitan que yo lo importe a una base de datos que tienen. Le contesto que sin problema, que me proporcione un ordenador para hacer el trabajo.
Y entonces ese empleado, me dio un diskette antiquísimo, de color naranja, mas grande los que yo recordaba, que tenía toda la pinta de haber estado en un sótano húmedo, y me dijo ahí está el fichero, apáñatelas.
Recuerdo haber hecho el trabajo como pude mientras pensaba en el contraste que suponía esta oficina antediluviana con las modernas instalaciones que se veían afuera. Indudablemente estaba en dos realidades superpuestas con escalas de tiempo diferentes.
Volví a encontrarme con Pilar, y me dijo que habríamos de salir a un corto viaje para reunirnos con alguien. Era algo que había que hacer de inmediato. No recuerdo el medio de transporte, pero si que fuimos charlando amigablemente. Con nosotros venía su secretaria personal y un par de ayudantes. Después de la reunión, estuvimos cenando con todos los demás y luego fuimos a un local oscuro, a tomar unas copas y descansar de un largo día de trabajo.
Sentado frente a ella volví a darme cuenta de que era mas alta que yo, y que además con las prisas yo iba vestido de calle desentonando con lo elegante y espectacular que iba ella. Percibí asimismo que en nuestra conversación, no salió nunca el tema de su marido o pareja. Tuve la sensación de que el padre de sus hijas no era de este mundo, no era humano.
Entonces, me asaltó la idea de poseerla. Total en mi nuevo trabajo no me iban a pagar mucho y como no tenía nada que perder me lancé a seducirla. En realidad con las mujeres tenemos todas las de perder, por eso mismo lo hice. De perdidos, al río. Para mi sorpresa, o quizá no, ella se mostró dispuesta a ser seducida por mí. En un momento estábamos en una especie de reservado del lugar de copas, un cuarto mas oscuro, cerrado con unas pesadas cortinas, había un diván grande con unos cojines y allí la tumbé. En ese lugar, recostados, empecé a meterla mano por el interior de su vestido, observando que llevaba unas medias muy finas de color carne con un liguero blanco. Agarré su cara y y le dije que así no se puede venir a trabajar mientras la azotaba con violencia.
A ella ese juego morboso parecía gustarle a tenor de lo que chorreaba por su coño. Me saqué el miembro y le dije que se fuera acostumbrando a el, porque iba a tener mucho que tragar y que chupar. Empezó a comérmela, pero con poco garbo para mi gusto. Así que la cogí fuertemente del pelo y yo mismo empecé a follarle la boca, metiéndosela hasta la garganta. No pudo evitar las arcadas y vomitó un poco. Aquello me enfureció y le di dos bofetadas arrancándole una lagrima y un sollozo. Dijo que no volvería a ocurrir.
Pensé que había llegado la hora de follármela. Ya que iba a ser despedido y probablemente denunciado para que nunca volviera a poner los pies en ninguna empresa, al menos no se iba a escapar de mi sin que le abriera y le petara bien todos sus agujeros.
Le levanto el vestido y me pongo encima de ella y aquí viene la parte terrible y escabrosa del sueño. Su cuerpo había cambiado. Estaba como momificado, el tono bronceado pasó a ser marrón oscuro, como la mojama. Apergaminada. Estaba reseca, con la piel como un pergamino o papiro egipcio. Aquellas carnes turgentes y suaves que tan dura me la habían puesto, habían desaparecido y en su lugar había una especie de musculatura oscura, rugosa, anhidra donde se percibían gruesas venas de sangre negra. De su coño habían salido como pedazos de carne también momificados. Y además le habían amputado la pierna derecha de cuyo muñón salía parcialmente un poco de hueso amarillo, astillado y corrupto.
A pesar de este horrible escenario, era tal lo becerro que estaba que aparté los restos cadavéricos que habían salido de su interior y se la metí. Estaba húmeda pero de una pastosidad que hizo que se me doblara un poco, me la recoloqué y de un empellón terminé de metérsela hasta el fondo. Recuerdo que me gustó, aunque era un polvo incómodo por la pierna amputada. A ella o lo que fuese también parecía gustarle. El caso es que aquella escena inverosímil y terrible terminó y me vi otra vez con ella, y para mi sorpresa había recuperado su forma y cuerpo habitual, su pierna y además volvía a ser la modelo espectacular que conocí. Me sonrió de manera cómplice.
Yo atribuí la horrorosa experiencia al alcohol y el cansancio y bueno, ahí quedó lo que ocurrió esa noche. Después me vi con ella como si fuéramos a ser pareja. Iba a trabajar en su empresa y además a follármela. ¿Qué mas podía pedir?. El plan había salido a la perfección, pero no sé. Había algo muy raro en todo esto. Algo que no me acababa de cuadrar.
Al día siguiente me dirigía al trabajo en el que iba a ser ya mi primer día. Ahí empecé a no recordar el nombre de Pilar. Me entró miedo y me dispuse a buscar una tarjeta de presentación suya, que había visto por varias mesas. El caso es que me perdí por las infinitas estancias del chalet. Me monté en un ascensor y subía hasta el último de los tres pisos. Salí y me di cuenta de que los cuartos de baño estaban en la zona abuhardillada. Extraño. Salí de allí, vi unas escaleras metálicas de color azul, muy desgastadas, me dirigí a toda velocidad escaleras abajo y me di cuenta en el último momento de que faltaba un tramo de peldaños. Yo iba lanzado, me agarré como pude a la barandilla y evité por un instante caer al vacío donde me hubiera roto varios huesos con total seguridad.
Como pude me arrastré hacia arriba otra vez. Las piernas me quedaron colgando por el hueco y tuve que hacer un gran esfuerzo para subir al rellano. Tomé el ascensor y bajé a lo que parecía ser un sótano abierto que daba al exterior. Me dije a mi mismo que no me vendría mal un paseo por los alrededores.
Empecé a caminar y me perdí. Creía saber donde estaba, pero realmente me había perdido. Además no solo eso, sino que me había alejado mucho del chalet. Consulté el móvil, tracé una ruta de vuelta con Google maps y me dispuse a volver caminando. En el camino de vuelta ocurrieron cosas verdaderamente distópicas. Atravesé una playa muy arenosa, con dunas que había sido una ciudad costera de Cádiz. Se había desertificado. Había muchos edificios en ruinas. La ciudad estaba casi abandonada, pero aún quedaba bastante gente que pasaban el día en cines, teatros y parques de atracciones formando largas colas en medio de la ciudad en ruinas, semiderruida y entre mares de arena.
El sueño finaliza viéndome dando tumbos por aquel paisaje surrealista, caminando entre las dunas de arena. En cierta ocasión vi un desfile de motoristas por la ciudad, algo sin sentido. Parecía una invasión de bárbaros. Alguien me dijo que iban a comprar esclavos.
En otro momento puede ver muchos vehículos que flotaban por las calles, con un sistema de propulsión extraño. Se veía como un tubo de escape, pero no hacía ruido ni contaminaba, y eran unos vehículos que surcaban el aire majestuosamente.
En fin, ahí me desperté y esto es lo que puedo contar de este extrañó sueño. No hay duda de que Pilar era un súcubo que intentaba aterrorizarme en el sueño. No lo consiguió. He de confesar que he tenido otros sueños con demonios. Muy pocos, quizá tres o cuatro, y en todos ellos he luchado. Pero no he vencido. Al final si la lucha hubiera continuado, hubieran ganado ellos.
Los súcubos (de latín succŭbu), que son aquellos demonios que adoptan forma de mujer para tentar a los hombres y arrastrarlos a los placeres carnales, copulando con estos como si fuesen hembras auténticas. Los mas conocidos son Abrahel, Baltazo, Bietka, Filotano, Florina Vasordiel, Mancerinio… Uno de los que mas relieve ha tenido en la Demonología es Lilito, que se trasformaba en una mujer de opulentas formas y que gustaba de seducir a los artistas para que la utilizasen como modelo en sus creaciones, especialmente si se trataba de motivos religiosos.
Los súcubos «se someten a los machos y reciben su semen. Con astuta habilidad, los demonios conservan su potencia, y después, con el permiso de Dios, se convierten en íncubos y lo vierten en los depositarios femeninos». Los productos de esas uniones con mediación del demonio, también reciben la visita de los demonios. Se forja un vínculo sexual multigeneracional entre especies.
Hace años asistí en Roma a la presentación de la tesis doctoral del exorcista José Antonio Fortea. Creo que ya lo he mencionado en otro post, así que perdonadme si me repito. En esa tesis, el padre Fortea abogaba por la existencia de maldiciones intergeneracionales. También proponía la existencia de las almas errantes.
A veces los teólogos, cuando se dedican a hacer teología, que es lo suyo, se meten en cuestiones demasiado teóricas como antiguamente ese debate que hubo en la Edad Media sobre el sexo de los ángeles. Los ángeles son seres espirituales inmortales que no necesitan reproducirse, que no son materiales y por lo tanto no necesitan órganos sexuales. Mira qué fácil. Problema resuelto.
Pero sin embargo esa discusión llevó muchos años. El problema de los niños que fallecen sin alcanzar la edad de la razón también suscitó una cuestión teológica que derivó en la existencia del Limbo. El Limbo es un producto genuinamente teológico. Es decir el uso de la razón para determinar cosas que “en principio”, sólo en principio están fuera de ella. Pero no olvidemos, que nos ha sido dada la posibilidad de profundizar en verdades de Fe con el uso de la razón. Es decir, la teología sería una “ciencia” o si se quiere un conjunto de técnicas, de razonamientos que nos acercarían o que nos revelarían o que nos ampliarían verdades de Fe, nuevas o ya existentes.
En mi opinión, el Limbo es real y aquí sigo las enseñanzas del padre Fortea, que afirma efectivamente, que es real, pero que las almas puras de los niños que allí van, son instruidas amorosamente por los ángeles hasta que alcanzan la luz de la razón y su voluntad queda definida en el marco de su infinita libertad.
En ese momento la pelota está en el tejado de esas almas. Si toman partido por Dios y hacen un acto de adoración, inmediatamente van al cielo. La pregunta que me inquieta y me da que pensar es ¿hay alguna de esas almas que no lo haga? y en ese caso ¿Cuál es su destino?.
El caso de la existencia de íncubos y súcubos está bien establecida por la teología. Mas fascinante me parece el hecho de que puede haber verdaderos hijos del demonio que se forman trasvasando el semen de un hombre a una mujer por vía interpuesta de un demonio. Y que de alguna manera, ese demonio puede ser parte de nuestra familia, y que además, todavía mas, ese estirpe demoníaca puede maldecir a generaciones enteras de una familia.
Esas familias que iban muy bien, con paz, armonía y prosperidad y de repente, todo se tuerce. Seguro que os suena familiar ¿verdad?.
Este tema de las almas errantes será protagonista de un próximo post que espero terminar para el día de los fieles difuntos.