Comparte este post

Marie-Louise von Franz, una de los junguianos más originales, creía que la sincronicidad era la manifestación de un principio mucho más amplio de «ordenamiento acausal» que también se encuentra en la matemática y en la teoría cuántica y que representa «actos de creación en el tiempo».

INTRODUCCIÓN

 
En este post vamos a ahondar en el concepto poco comprendido pero muy importante, de sincronicidad.
 
Para ello nos vamos a basar en un texto de los muchos que hay: Sincronicidad: puente entre mente y materia de F. David Peat, que ya he incorporado a la tenebrosa y polvorienta biblioteca de la Cripta. Podéis descargarlo de aquí.
 
Cuando sean otros los que hablan el color de la letra será el negro. Cuando sea yo el que comente, el color será verde, esto clarificará el desarrollo.
 


SINCRONICIDAD: Puente entre mente y materia

 
“Sincronicidad es una realidad siempre presente para aquellos que tienen ojos para verla”.
Carl Jung.
 
(…) “Al principio, había muy pocos indicios de los pensamientos de Jung sobre la sincronicidad. En 1929, mientras daba una conferencia Jung dijo:
«El sincronismo es el prejuicio de oriente, la causalidad es el prejuicio moderno de occidente. La ciencia de I Ching, efectivamente, no está basada en el principio de la causalidad, sino en un principio que he llamado provisionalmente el principio sincrónico.» (…) «Tao puede ser cualquier cosa, pero yo utilizo otra palabra para denominarlo, aunque sea bastante sencilla… Lo llamo la sincronicidad.»
 
Al principio el concepto de sincronicidad es confuso. Luego iremos viendo que se va aclarando mas. Tiene que ver mas con mi concepto diacrónico del tiempo, que es entender el tiempo como algo que se puede atravesar y no simplemente echarle una carrera (origen de la ansiedad). Se puede profundizar en este tema leyendo este post.
 
En varios de los otros escritos de Jung, se califica la sincronicidad de varias maneras:
 
– «La coincidencia en el tiempo de dos o más sucesos no relacionados causalmente, que tienen el mismo significado o un significado parecido»
– «Actos creativos»
– «Paralelismos acausales»
– «Las coincidencias significativas no pueden concebirse como la pura casualidad -cuanto más se multiplican y cuanto mayor y más precisa es la correspondencia… ya no pueden considerarse pura casualidad, sino que, por falta de una explicación causal, deben considerarse combinaciones significativas.»
 
Esto es lo que siempre se ha dicho de no creer en casualidades sino en causalidades.
. . .
Marie-Louise von Franz, una de los junguianos más originales, creía que la sincronicidad era la manifestación de un principio mucho más amplio de «ordenamiento acausal» que también se encuentra en la matemática y en la teoría cuántica y que representa «actos de creación en el tiempo».
 
 
En la mecánica cuántica encontramos el concepto de acausalidad en la ruptura de la función de onda de una partícula subatómica como por ejemplo el electrón.
 
En un momento dado, sin causa aparente, la función de onda que gobierna el electrón (un vector de infinitas componentes funcionales) se proyecta en un subespacio y pierde información (reducción o colapso). Es un proceso parecido al de la sombra. Nuestra sombra es una proyección de nosotros mismos que ha perdido una dimensión, ha perdido información.
 
Pues bien, no existe ninguna causa que produzca la reducción de la función de onda. Ninguna. Es un proceso acausal. Esto provoca severas paradojas y sólo ha podido solucionarse a medias recurriendo a la teoría de los universos paralelos.
 
Tal como Jung había señalado, la posesión de significado y, particularmente, la relación con una activación profunda de energía dentro de la psique, es la naturaleza misma de la sincronicidad. Es como si la formación de patrones dentro del inconsciente fuese acompañada de patrones físicos en el mundo exterior. Principalmente, cuando los patrones psíquicos están a punto de alcanzar la conciencia, las sincronicidades llegan a su apogeo; por otra parte, tienden a desaparecer cuando el individuo conscientemente se da cuenta de una nueva alineación de fuerzas dentro de su personalidad.
 
Es por ello que las sincronicidades a menudo se relacionan con períodos de transformación; por ejemplo, nacimientos, muertes, el enamoramiento, la psicoterapia, la obra creadora intensa e incluso un cambio de profesión. Es como si esta reestructuración interna produjese resonancias externas o como si una explosión de «energía mental» se propagase hacia afuera en el mundo físico. 
 
Se puede profundizar en el tema de la sincronicidad  y la esfera transpsíquica en este post
 
No es extraña la acción de las sincronicidades entre el estado de sueño y el de vigilia. Las sincronicidades ocurren no sólo en los perturbados o hipersensibles sino que incluso pueden entrometerse en la vida de los racionales y escépticos.
 
 
Algunas sincronicidades empiezan dentro del mundo exterior y después se mueven hacia dentro a medida que se descubre su significado. Tales sincronicidades dependen del descubrimiento de un significado más profundo en los patrones y agrupamientos de los fenómenos de nuestro entorno.
 
Pueden implicar nuestra vinculación de una manera especial con el medio ambiente, la previsión de sucesos o la percepción de algún patrón fundamental del mundo.
 
Dentro del marco del sincronismo se podría señalar la manera en que artistas y escritores parecen haber percibido acontecimientos importantes o cambios sociales mucho antes de que sucediesen. Una coincidencia curiosa es la que proporcionan los astrónomos en “Los Viajes de Gulliver” de Jonathan Swift, que saben que Marte posee dos lunas, y esto lo saben mucho antes de que los astrónomos estuviesen en condiciones para poder hacer estas observaciones.
 
Más inquietante aún es la novela de M. F. Mansfield, escrita en 1898, sobre el Titán, el barco de pasajeros más grande del mundo, que cruzó el Atlántico con ricos y famosos pasajeros. El Titán estaba abastecido con una cantidad insuficiente de botes salvavidas, al igual que el Titanic auténtico de muchos años después, cuando chocó contra un iceberg y se hundió.
 
El tema de la novela “titán” es un tópico de muchos programas de radio y tv sobre misterios. Con este caso parece indicarse que las profecías serían un caso particular del fenómeno de la sincronicidad.
 
Una sincronicidad o conexión acausal con el medio ambiente especialmente contundente se puede encontrar en el relato del hacedor de la lluvia del sinólogo Richard Wilhelm, puesto que contiene la esencia de la visión china del mundo acerca de cómo el hombre y la naturaleza forman un todo individual.
 
En cierto pueblo chino no había llovido durante varias semanas, cuando se buscó un hacedor de lluvia. Al llegar el anciano, se fue directamente a la casa que habían preparado para él y se quedó allí sin realizar ninguna ceremonia hasta que llegaron las lluvias. Al preguntarle cómo había logrado que cayese la lluvia, el anciano explicó que la causalidad no tuvo nada que ver. Al llegar al pueblo, el hacedor de lluvia se había dado cuenta de la ausencia de un estado de armonía y, por consiguiente, los procesos normales de la naturaleza no funcionaban según su diseño correcto. El hacedor de lluvia también se encontraba afectado, de modo que se retiró a su cabaña para sosegarse. Cuando su armonía interna se recobró y el equilibrio se estableció de acuerdo con su patrón natural cayó la lluvia.
Este relato contiene elementos de un movimiento hacia dentro y un movimiento hacia fuera, un dinamismo entre los aspectos físicos y mentales del universo.
 
Pero también hay sincronicidades que parecen existir sólo interiormente y que no tienen manifestaciones físicas significativas. Éstas podrían implicar, por ejemplo, patrones acausales de sueños, recuerdos, pensamientos, símbolos y percepciones y podrían expresarse como coincidencias o agrupamientos entre distintas personas.
 
Hay una relación también entre la sincronicidad y el concepto de sombra personal. Se puede profundizar mas en el concepto de sombra personal en este post.
 
Los científicos que sin mantener una comunicación directa realizan descubrimientos simultáneamente son un ejemplo obvio de esta clase de sincronicidades.
 
Los científicos a menudo hablan de ideas que «están en el aire», como si los conceptos nuevos tomasen la forma de transmisiones de radio, completos en sí pero esperando que un receptor competente los capte…”
 

También te puede interesar...

Descubre el porqué de tu vida

Consulta mis servicios de Carta astral y Estudio numerológico que te ayudarán a conocerte en profundidad y descubrir porqué estás aquí y para qué.